El mal dormir en tiempos de pandemia

Por: Dr. Reyes Haro Valencia
Instituto Mexicano de Medicina Integral del Sueño
Por: Dr. Reyes Haro Valencia
Instituto Mexicano de Medicina Integral del Sueño
Todos atravesamos malas rachas en la vida. Generalmente no se debe a que el universo conspira en nuestra contra sino a que hemos ido dando pasos en esa dirección, aunque no siempre es fácil darnos cuenta de ello y asumir la responsabilidad por esa concatenación de infortunadas decisiones o indecisiones. En esos casos, cuando en nuestra vida aparece un problema detrás de otro, podemos ser víctimas de lo que se conoce como “efecto cascada”.
Seguramente, en algún momento de tu vida, te ha pasado que te salen ronchas rojas en tu piel y se apropia de ti una sensación de comezón que no puedes parar, similar a la que generan los molestos piquetes de mosquitos. La comezón puede ser tan molesta que te pone de malas y dejas tus actividades a un lado, mientras esperas que tu piel se desinflame y sane.
Sentirse invisible no es agradable e incluso puede llegar a ser una experiencia dolorosa. Cuando estamos en una situación embarazosa, la invisibilidad se nos antoja un superpoder. De hecho, en algunas circunstancias pasar desapercibidos incluso puede evitarnos un conflicto o sacarnos de un peligro.
En una sociedad cada vez más narcisista y egocéntrica, las relaciones líquidas amenazan con convertirse en el nuevo estándar, un estándar de vínculos frágiles que ensalza la tendencia a escapar cuando las cosas van mal. En ese entorno, la responsabilidad afectiva es un rara avis. Sin embargo, si queremos establecer relaciones más maduras, plenas y satisfactorias, necesitamos desarrollar la responsabilidad afectiva.