Estamos en un momento muy particular de la historia del ser humano. Desde hace tiempo se viene sintiendo un cambio necesario a nivel mundial. Actualmente vivimos una crisis global que, en realidad, refleja y descubre una crisis particular en cada uno de nosotros.
Este tiempo de confinamiento nos ha obligado a estar en casa para así poder enfocar nuestra mirada hacia nuestro círculo familiar y hacia nuestro interior, ambos tan descuidados en la rutina de vida.
Muchos estamos aprovechando para sacar lo mejor de nosotros de este momento, aprendiendo a ver esta situación como una oportunidad de evolución personal y social, estableciendo límites personales sanos con los que poder decidir de qué manera deseamos vivir y qué no nos funciona en nuestra vida porque nos aleja de nuestra máxima expresión.
Por ello es un momento para el silencio y la reflexión, para utilizar el aislamiento como una oportunidad de crecimiento y observar el miedo y cómo este nos condiciona completamente en nuestra vida.
Como dijo una vez Albert Einstein: “Sin crisis no hay desafios, sin desafios la vida es una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos.”
Entonces…
¿Cuál es el significado de la situación actual? ¿Qué cambio nos exige la vida?
¿Qué debemos aprender de ello?
Todas estas preguntas dependen de la percepción con la que observas la realidad que te rodea. Puedes vivirla desde el victimismo y entrar en un círculo vicioso donde cedes tu poder afuera, o puedes vivirla desde la responsabilidad y crear ese movimiento interno que cambiará tu realidad y por consecuencia tu vida.
Es un momento ideal para dejar de preguntarnos qué necesitamos del mundo y comenzar a voltear la pregunta para reflexionar acerca de lo que el mundo necesita de nosotros.
La naturaleza ha descansando, viviendo su particular cuarentena de la contaminación, la sobreexplotación y la falta de respeto a la que la teníamos sometida. Son innumerables las imágenes y videos en estos meses de animales caminando por ciudades y lugares donde antes no solían ser vistos. Animales marinos llegando a costas que hacía mucho ya no visitaban. La contaminación reduciéndose en todos los países…
Es un momento para cooperar en lugar de competir, para comenzar a actuar desde la conciencia y la coherencia. Es el momento de comprender realmente que nuestros actos repercuten en todo lo que nos rodea y que el cambio tiene que comenzar en el interior de cada ser humano.
Estamos recordando que no estamos separados de lo que nos rodea, nunca lo estuvimos, tan sólo lo habíamos olvidado. Formamos parte de un sistema global y debemos colaborar como sociedad para poder mantenerlo sano y salvo. No olvidemos que la sociedad es un sistema vivo y que una cadena resiste lo que pueda aguantar su eslabón más débil.
Ya vivíamos aislados antes de que el sistema de alerta comenzara, pero hemos necesitado que viniera este ser microscópico a mostrarnos la realidad que vivíamos, a pararnos para así poder observar qué era lo que estabamos creando en nuestra realidad. Este virus sólo vino a recalcar la sociedad enferma en que nos hemos convertido, donde prima el materialismo, el poder y el dinero antes que los valores humanos y el respeto a la vida.
Lo que transforma una oportunidad en una desgracia es precisamente el miedo.
El miedo a la soledad, el miedo a la falta de libertad, al cambio, a la incertidumbre, al contagio y a la muerte. ¿Observas alguno de estos miedos en ti? Si es así, quédate en silencio por un instante, respira profundo, cierra tus ojos…. y pregúntate si es real ese miedo, o está condicionado por creencias personales o externas… Cuando entras en conexión con ese silencio interno, ¿sigue existiendo ese miedo?...
Es el momento de responsabilizarnos. La vida nos está hablando y no espera palabras ni promesas como respuesta, espera comportamientos y acciones fruto de un cambio de conciencia real.
No permitas que el miedo ni la incertidumbre te oculten la posibilidad de trascendencia y cambio que tenemos ante nosotros. Estamos en un momento único para transformar la vida en el planeta y expresarnos como los seres evolucionados que somos, generando un nuevo paradigma donde realmente vivir en comunión con los demás seres vivos, donde poner nuestros dones al servicio de los demás, responsabilizándonos de nuestros actos y de nuestro poder para crear nuestra realidad.
Se nos invita a salir de nuestra zona de confort para poner todo nuestro potencial en la creación de un nuevo mundo…y tú…¿te comprometes a crearlo?
“Cuando salgas de esta tormenta, no serás la misma persona que entró en ella.
De eso se trata esta tormenta.”
Haruki Murakami
Por: Naikary Díaz
Terapeuta Transpersonal, Acompañante en Bioneuroemoción, Entrenadora Personal, Health Coach, Maestra de Yoga y Lectora de Aura
@shaumbrawellnesscoach