Travesía Sagrada Maya un viaje al pasado

La Travesía Sagrada Maya es un ritual que realizaban los pueblos mayas remando con sus canoas hacia Cozumel, con el fin de rendir culto a la diosa Ixchel. Este 20 y 21 de mayo, y desde hace 10 años, Grupo Xcaret revive esta costumbre, dándonos la oportunidad de transportarnos al pasado y ser testigo de esta maravillosa tradición ancestral.

Desde hace más de mil años en estas tierras mayas se realizaba anualmente el ritual de adoración a la diosa, que iniciaba días antes en el mercado conocido como Kii’wik, sitio en el que se comercializaban los diferentes productos destinados a “la ofrenda” de Ixchel.

Eran días de fiesta donde valientes canoeros se preparaban para realizar la travesía sagrada y obtener para el pueblo entero los favores de la diosa fértil. Conocida como Ixchebelyax, Ix Hunic e Ix Hunieta, esta deidad regía los aspectos de la fertilidad, la salud, el agua y la vegetación y era considerada inventora de la pintura y el tejido. La representaban con las características de la luna, esto es, como una deidad joven que emula a la luna llena; como una anciana, asociada a la luna menguante o con el ojo cerrado, es decir, muerta, representando a la Luna Nueva.

Esta travesía iniciaba en Polé (Xcaret), que en ese entonces era un sitio arqueológico del postclásico tardío, perteneciente a la provincia del Ekab, un poder confederado donde principalmente producían sal y exportaban copal, frutas, miel y cera. También era un puerto de abrigo para la navegación marítima, sitio fundamental para la red comercial del Período Posclásico y principal puerto de embarque de las peregrinaciones a Cozumel con el propósito de adorar a Ixchel.

Los canoeros debían atravesar el Mar Caribe, de gran importancia para la cultura maya pues era considerado fuente de alimentación, transporte y al igual que los cenotes, señalaba la entrada a Xibalbá, el inframundo. Así, la travesía marítima implicaba una transición al más allá.

Al llegar a Cozumel, antes llamado Kuzamil, sede de los itzaes, tantunes o mactunes (los de la puerta de la profecía), se dirigían a llevar sus ofrendas a la estatua de Ixchel, hecha de barro. Como era hueca y tenía una puerta secreta en la parte posterior el sacerdote o Chilam penetraba a dictar el oráculo de la diosa.

Este 21 de mayo, al amanecer, los canoeros se reunirán a la orilla del mar para surcar el azul infinito rumbo a Cozumel, recreando este antiguo ritual y retomando las rutas de navegación de los antiguos peregrinos y comerciantes. Llegarán al Parque Chankanaab, donde los isleños realizarán danzas ceremoniales y de celebración, al mismo tiempo que el Halach Uinik, jefe supremo, dará la bienvenida a los canoeros, quienes visitarán el oráculo para presentar sus ofrendas y recibir el mensaje de la diosa Ixchel, quien les recuerda que vivan en paz y armonía, que cuiden su vida y la de los seres vivos que los rodean.

Fuente:
www.travesiasagradamaya.com.mx