¿Cómo leer etiquetas?

En lugar de alimentos frescos cada vez más comemos productos industrializados... y la gran pregunta es: ¿sabemos realmente qué estamos comiendo? Los consumidores tenemos derecho a saber y a decidir lo que comemos. Aquí te daremos algunas recomendaciones sobre cómo hacerlo. Básicamente, se trata de aprender a leer etiquetas para que cuides tu salud y la del planeta!

Revisa los ingredientes antes de comprar un producto

La Norma NOM- 051- SCFI establece que los ingredientes deben listarse en orden según la cantidad, es decir el de más peso es el que primero aparece, y así sucesivamente en orden decreciente se enumera el resto.

Por ejemplo: hay cereales que se anuncian como “enriquecidos con vitaminas y minerales, que son importantes para mantener la salud, especialmente de los niños”. Sin embargo, al leer los ingredientes, sus principales componentes son: harinas, azúcares y sal, antes que las publicitadas vitaminas y minerales.

Si pensamos que en México uno de cada tres niños tiene problemas de sobrepeso u obesidad, saber esto es importante para no darles azúcares, harinas y sal creyendo que les damos vitaminas.

¿Cuál es el mejor momento para comerlos?

Hace 50 años era difícil pensar que los alimentos pudieran ser comestibles unos días después de su elaboración. Hoy, gracias a aditivos, empaques y otros ingredientes, los alimentos industrializados pueden durar meses y hasta años.

La norma NOM-051-SCFI establece que es obligatorio poner en la etiqueta la fecha de caducidad del producto. Después de esa fecha no debe ser comercializado ni consumido. Muchas compañías usan la fecha de consumo preferente, que es cuando expira su periodo de comercialización pero el producto todavía puede ser consumido, siempre y cuando no exceda la fecha de caducidad.

A algunas empresas les interesa poder vender su producto el mayor tiempo posible, por lo que omiten poner la fecha de caducidad o la escriben en letras pequeñas, difíciles de leer o entender, con etiquetas removibles o con tinta borrable. Por ejemplo: ¿puedes leer cuándo caduca el yogurt de Nestlé y las barritas de Quaker?

Cuando vayas de compras, siempre busca la de caducidad. Para no arriesgarte a comer un producto que ya no sirve, evita comprar aquellos sin fecha de caducidad o no los consumas después de la fecha de consumo preferente.

Aditivos: el glutamato monosódico

A muchas personas les gustan más los alimentos industrializados que los preparados en casa. Lo que pocos saben es que muchos de esos alimentos contienen el aditivo glutamato monosódico, potenciador de sabor. Este aditivo también puede aparecer en las etiquetas con otros nombres como Hidrógeno-LGlutamato de Sodio, Aji-No-Moto, GMS, MSG.

Y lo que aún menos personas saben es que el glutamato monosódico puede causar afectaciones como palpitaciones, dolor de cabeza, náuseas, mareos, jaquecas y debilidad en extremidades superiores. También ha sido asociado al asma bronquial. En algunos países de Europa está prohibido su uso en alimentos infantiles porque puede provocar alergias y problemas de salud en personas sensibles.

A pesar de todo esto, en México muchas empresas lo utilizan en sus productos de forma regular para potenciar el sabor... y sus ganancias. Las sopas preparadas Knorr, Maruchan, Campbell, La Moderna, La Sierra; los purés de Herdez, Del Fuerte, Del Monte, los consomés Knorr y Solo; los Cheetos y el Sabridip de Sabritas y los jamones Virginia de Zwan, son sólo algunos de los productos que contienen glutamato monosódico.

Por ello, revisa las etiquetas y evita en lo posible los productos que tienen este aditivo. Opta por utilizar especias y hierbas frescas para mejorar el sabor de tus alimentos.

Colesterol escondido

En este país la obesidad y el sobrepeso son un problema de salud pública que ha llevado a muchas personas a evitar las grasas animales, ricas en colesterol. En lugar de mantequilla y manteca, se comenzó a cocinar con grasas de origen vegetal como aceites de maíz, soya, canola y oliva para obtener los beneficios nutricionales de las grasas, sin el dañino colesterol.

Desgraciadamente, muchos alimentos de los supermercados contienen grasas vegetales parcialmente hidrogenadas, (también llamadas grasas trans) que se acumulan en la sangre igual que el colesterol.

Los fabricantes de alimentos usan estas grasas porque duran más tiempo sin arranciarse, lo que permite mantenerlos a la venta durante más tiempo... pero se les olvida informar al consumidor sobre los posibles daños a la salud por su consumo.

Aunque no sean de origen animal, no son sanas. Evita productos que las contengan y prefiere aceites naturales de oliva, maíz, soya y canola naturales.

¿Transgénicos? No, gracias

El derecho a la información sobre lo que adquirimos es un derecho básico. A diferencia de lo que ocurre en países como Japón, China y la Unión Europea, entre otros, en nuestro país no existe el etiquetado de alimentos transgénicos, por lo cual no tenemos forma de saber si nuestros alimentos los contienen o no.

Si quieres conocer la Guía de transgénicos en México puedes hacerlo en http://www.greenpeace.org/mexico/es/Campanas/Agriculturasustentableytransgenicos/Ytusabesloquecomes/

A menos ingredientes, mejor producto

Un tip muy sencillo para seleccionar alimentos industrializados es optar por aquellos que tienen menos ingredientes. Mientras hay alimentos que tienen varios tipos de aditivos y conservadores, además de sal, hay otros que simplemente tienen el ingrediente principal y uno o dos más. Esta última opción seguramente es un poco más “natural”.

Prefiere lo natural

Definitivamente, ir al mercado o directamente con los productores y comprar alimentos frescos, nacionales, orgánicos, de preferencia producidos localmente, es la mejor forma de comer seguro. Incluso si no son productos orgánicos, es mucho mejor adquirirlos frescos que enlatados, desde todos los puntos de vista.