Mantenerse en forma después de los 60
Pasada cierta edad puede parecernos más difícil mantenernos en forma, pero todo es cuestión de actitud de vida y de encontrar una actividad que nos motive y anime a ejercitarnos.
Si bien se recomienda tener hábitos saludables toda la vida, ahora se sabe que son muchos los beneficios del deporte a cualquier edad. Sin embargo, después de los 60 y tras la menopausia o la andropausia, es fundamental mantenerse en forma para
evitar enfermedades típicas de la etapa adulta.
¡No es una misión imposible! Solo es cuestión de determinar tus metas, ya sea bajar de peso, mejorar el equilibrio y la flexibilidad, tener buena salud, fortalecer ciertas partes del cuerpo, o quizás para despejar un poco la mente. Cualquiera sea tu objetivo te mantendrá motivado para lograrlo.
También es importante encontrar una actividad adecuada que se acomode a tu edad, contextura física, tu experiencia y tus habilidades. Puedes ir probando hasta encontrar la correcta para ti. Además de pensar, de acuerdo a tu entusiasmo, cuánto tiempo le dedicarás por día o por semana, es importante que sientas el ejercicio como un placer y no como una obligación. Acomoda tus tiempos para que no resulte una carga y puedas lograrlo a largo plazo, como un estilo de vida.
Es fundamental también que con tu nueva rutina puedas ir cambiando tus hábitos alimenticios. Añade más frutas, verduras, legumbres y cereales integrales a tu alimentación diaria. Puedes consultar a una nutricionista para que te haga una dieta acorde a tu edad y necesidades.
Te recomendamos algunas disciplinas que pueden ayudarte a encontrar la actividad ideal para ti. Te aconsejamos que comiences despacio, sin esforzarte demasiado, y vayas agregando de a poco más tiempo, sobre todo si hace mucho no haces deporte.
Caminar
Este ejercicio se aconseja a cualquier edad, y puedes hacerlo en cualquier momento y lugar. Aunque es mejor caminar al aire libre, también puedes usar la cinta del gimnasio y combinarlo con otra rutina de ejercicios.
Entre sus múltiples beneficios, el caminar de forma regular puede contribuir a bajar el colesterol LDL, disminuye el riesgo de ser hipertenso, previene la aparición de diabetes, mejora tu vida sexual, aumenta los niveles de Vitamina D (si caminas a la luz del día), ayuda a perder peso (no solo quema grasas acumuladas, sino que construye músculos que aumentan tu metabolismo), mejora la circulación, tonifica piernas, glúteos y abdominales. Fortalece el corazón y los huesos, aumentando la densidad ósea. Puede ayudar a personas con depresión al producir endorfinas, las hormonas de la felicidad, que nos hacen sentir mejor.
Caminar al menos 30 minutos diarios disminuye el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares hasta en un 27%. Además de mejorar la función cognitiva, la concentración y reducir la posibilidad de tener problemas de memoria en el futuro.
Hacer yoga
Esta práctica milenaria es una excelente opción con muchos beneficios no sólo a nivel físico si no a nivel espiritual. Refuerza el sistema inmunológico, aumenta la flexibilidad, mejora el equilibrio, fortalece músculos y huesos, quema calorías, equilibra el sistema nervioso, reduce la ansiedad y el estrés, aumenta la calidad del sueño y ayuda a dormir mejor. Es una magnífica terapia antiaging, contribuye a aliviar dolores crónicos y posturales, enseña a respirar no solo correctamente sino conscientemente, reduce los niveles de cortisol y colesterol en sangre, entre muchas otras virtudes.
Esta disciplina nos enseña a liberar la mente de cualquier pensamiento negativo, mejorando nuestra estabilidad emocional, desarrollando la atención y concentración. Sus posturas ayudan a reducir la ansiedad y aumentar la motivación personal. Aprendes a vivir en armonía, con el fin de encontrar equilibrio y paz interior en la vida. Crea conciencia personal, permitiendo una mayor empatía y conexión con todo lo que nos rodea.
Nadar
Otro de los deportes que se recomienda para esta etapa de la vida es la natación, pues su práctica requiere de un esfuerzo mínimo y, además, dado que se realiza dentro del agua, se contrarresta el efecto de la gravedad y las articulaciones no tienen que soportar tanto peso.
Además, practicar natación con regularidad aporta multitud de beneficios. Ayuda a prevenir la osteoporosis, ya que fortalece huesos y músculos. Estimula la circulación sanguínea, fortalece el corazón y los pulmones, y trabaja todos los músculos del cuerpo, permitiendo una mayor movilidad que fuera del agua, mejorando problemas relacionados con el equilibrio. Como cualquier deporte, ayuda a liberar dopamina, lo que produce sensación de bienestar, así como a reducir los niveles de colesterol. Mejora la depresión, levanta el ánimo y estimula la mente.
Bailar
¡Bailar te hace más joven! Es un excelente ejercicio de coordinación que, además, mejora tu autoestima y oxigena la sangre.
El movimiento al ritmo de la música tiene los beneficios derivados del ejercicio físico (cardiovasculares, metabólicos, músculo-esqueléticos, articulares, etc.) y un importante componente de integración cerebral, además de grandes beneficios psicológicos. Es uno de los mejores remedios contra el envejecimiento físico y mental, ya que estimula el sistema nervioso central y la actividad cerebral, a través de la coordinación y el equilibrio.
Es esencial tener una buena hidratación durante la actividad deportiva que elijas realizar para limitar el riesgo de sufrir lesiones. Tienes que beber un litro de agua por cada hora de ejercicio, en pequeñas tomas regulares, antes, durante y después del ejercicio. Aumenta el flujo sanguíneo al cerebro, aporta los nutrientes necesarios para el buen funcionamiento de los músculos y permite una mejor recuperación.
Etiquetas: Edición 98