¿Fideicomiso o sociedad?

Es bien sabido que en México las personas de nacionalidad extranjera no pueden adquirir bienes inmuebles en las playas ni en las fronteras, en lo que jurídicamente se denomina como zona restringida; no obstante la Ley establece que pueden constituir un fideicomiso a través de un Banco para su uso y disfrute. Sin embargo, las leyes mexicanas permiten que una sociedad mexicana (aún con participación extranjera) adquiera bienes inmuebles en la zona restringida (para fines comerciales); esta ambigüedad junto con la equívoca noción de un abaratamiento de los costos, ha generado que gran parte de las adquisiciones de bienes inmuebles en la Riviera Maya se lleve a cabo a través de sociedades mexicanas con socios de nacionalidad extranjera. Esto ha traído como consecuencia la creación de empresas “fantasmas”, es decir, que realmente no operan en el comercio.

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Puerto Morelos, una inversión segura

La Península de Yucatán, rodeada del mar Caribe y el Golfo de México, una zona de riqueza en cultura, tradición e historia mexicana, con el paso del tiempo se ha consagrado mundialmente como el destino turístico número uno de este país, siendo el turismo su principal fuente de ingreso.

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Mercados que se reinventan: Playa del Carmen

Los que llevamos más de una década viendo cómo se comporta el turismo y el mercado inmobiliario en Playa del Carmen podemos concluir dos cosas: el mercado en este destino ha cambiado, se ha transformado y se ha abierto a nuevos nichos. Sin embargo, hay algo muy claro, Playa sigue creciendo y atendiendo la demanda y necesidades de miles de turistas e inversionistas al año. ¿Qué ha pasado en estos años? ¿Por qué Playa del Carmen a diferencia de otros destinos tiene la capacidad de reinventarse?

Este destino, uno de los más lujosos del país entre el año 2000 y 2007, vivió un boom inmobiliario sin precedentes del 2003 al 2007, los precios de algunas propiedades se multiplicaron en cuestión de 36 meses. La apuesta a la inversión en producto terminado era clara, un lugar paradisiaco en pleno crecimiento y, obviamente, las inversiones en tierra eran prometedoras producto de la sobredemanda en departamentos. La crisis económica del 2008-2009 y la famosa influenza mexicana fueron el primer factor que cambió a Playa del Carmen para siempre. El sector turístico tuvo que atacar mercados diferentes, se bajaron tarifas, se atrajo a más mercado mexicano, se abrió el mercado a mayoristas como nunca antes se había hecho y en pocas palabras Playa del Carmen se dio a conocer en todo México y en muchos lugares del mundo en donde no se conocía. El boom inmobiliario terminó, pero el mercado de oportunidades y de compradores surgió y, aunque la plusvalía se detuvo, el volumen de ventas logró mantenerse durante los siguientes 3 años. En pocas palabras, gracias a esa apertura, se mantuvo un mercado inmobiliario sano y estable a diferencia de la gran mayoría de los destinos turísticos de América del Norte y el Caribe.

Después del 2009, y durante los siguientes 3 años, pasamos de ser un destino de lujo y exclusivo, a uno con una gran diversidad de gente y con hoteles de todos los niveles. En paralelo, esta ciudad estaba a punto de descubrir el fenómeno más importante para el sector inmobiliario en este proceso, el boom del negocio de rentas vacacionales. Si bien quienes habían invertido antes o durante el primer boom estaban disfrutando de retornos de inversión en rentas de dos dígitos, después del 2007 esto cambió drásticamente y quizás para siempre. El producto más vendido: departamentos de 2 o 3 recámaras ubicados a menos de 500 metros de la playa, empezó a sufrir las consecuencias de la sobre oferta y de la limitada cultura en México de la renta vacacional. Sin embargo, el posicionamiento en México de airbnb.com y la respuesta a ello de las más importantes plataformas hoteleras como expedia.com y booking.com, quienes incluyeron por primera vez condos y casas en sus inventarios, causaron que desde el 2014 se empezaran a comercializar y construir propiedades enfocadas exclusivamente a retorno de inversión a través de rentas. El mercado se enfocó en condos y estudios muy pequeños, los cuales por primera vez dieron la oportunidad a que inversionistas con menos de $100,000.00 USD pudieran participar en zonas premium de la ciudad. Hoy la gente me sigue preguntando ¿pero cómo es que se sigue vendiendo todo eso que se construye?

La respuesta creo que es muy sencilla: hay más gente con $100,000.00 USD que con $300,000.00 USD y al darse a conocer en todo el mundo la opción de vacacionar en un “condo” o departamento en lugar de un hotel, se creó una gran demanda de este tipo de hospedaje. Por otro lado, las zonas residenciales consideradas “turísticas” dejaron de ser exclusivamente las que están a unos cuantos metros de la playa y de la 5ta. Avenida. Mucha gente empezó a rentar en otras zonas y, por ello, los desarrolladores a vender este tipo de productos en lugares que hace pocos años era inimaginable pensar que pudieran existir rentas vacacionales.

La realidad es que los que llevamos mucho tiempo aquí sabemos que hoy tenemos un Playa del Carmen sin playa, sin paraíso y con mucha gente, pero como todo es relativo, este sigue siendo el paraíso para un nuevo mercado en busca de más opciones en shopping, gastronomía y sin duda, más opciones de inversión inmobiliaria.

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