Barlovento
Tendría que escribir sobre esta oleada que me lleva,
la corriente que debajo de la superficie
me impulsa;
el golpe de timón a barlovento,
la fuerza del mástil
y la fortuna de tener el viento en popa.
Habría, en todo caso,
que hablar también de la tormenta,
y lo difícil que es maniobrar a sotavento.
Pero por el momento,
los peces voladores escapan a estribor,
y los albatros gentiles se emparejan;
las gaviotas graznan,
y me indican la proximidad de la costa.
No me confundo,
el viaje aún no termina,
por el contrario,
apenas empieza.
Por: Miguel Ángel García García
@letrasypalabras
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