Punto de inflexión

Se acerca el fin de año, el punto de inflexión por excelencia;
ese momento en el que la gráfica que representa el rumbo de la vida
tiene la oportunidad de dar un giro, de propiciar una variación,
un nuevo comienzo, un cambio de concavidad.
Es decir, la ocasión para pasar de ser cóncavo a ser convexo.
En otras palabras, cambiar de tendencia.

Si me preguntaran por mi vida, diría que no ha sido como la esperaba,
pero que definitivamente cada caída, decepción o fracaso, han valido la pena;
que aún no sé qué me depara el futuro,
pero sé perfectamente lo que no quiero.
Pero no me apresuro, debo tomar las cosas con calma
y el toro por los cuernos.

Debo tener cuidado, de no cerrar un círculo conmigo adentro;
y elegir cuidadosamente las palabras que uso para mí.
Uno es lo que se dice al oído.
La vida no es perfecta, y qué bueno.

Por: Miguel Ángel García García
@letrasypalabras

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