Tierra negra

No me preguntes sobre días festivos, seguramente voy a equivocarme, aunque ya sé que debería memorizarlo porque está en la Ley Federal del Trabajo, y en las leyes orgánicas del Poder Judicial de la Federación y del Estado.

Mejor pregúntame sobre el número exacto de pasos que hay de mi sala de estar a mi estudio; o cuántas canciones de mi lista de canciones definitivas puedo escuchar cuando me desplazo de mi isla a la franja continental; o cuántas gotas se deslizan sobre mi ventana y cuántas tazas de café puedo tomar en un día de lluvia; o también, ya entrando en confianza, en cuántos pedazos me rompo cuando me caigo; o cuántos días necesito para dejar un mal hábito, para deconstruirme, para reunir toda la poesía y prenderle fuego, o para plantar al amor, de una vez por todas, y para siempre, en una tierra negra, fresca, y húmeda.

Por: Miguel Ángel García García
@letrasypalabras

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