Cómo combatir la piel de naranja

90% de las mujeres sabemos lo que es padecer este trastorno, que si bien, sólo en grados avanzados representa un problema que ocasiona molestias físicas, en muchos casos nos hace sentir incómodas, inseguras y en otros puede ser causa de un importante deterioro emocional.

La paniculopatía edemato fibro esclerótica, 
comúnmente llamada “celulitis”, es una enfermedad que afecta el tejido celular subcutáneo, es decir la grasa que está debajo de la piel, principalmente de muslos, glúteos y caderas, aunque en muchas ocasiones se puede extender a otras zonas del cuerpo como abdomen y brazos, y se caracterizas por un aumento en el tejido graso, que aunado a una disminución de la circulación en dichas zonas, promueven un estancamiento de líquido linfático y toxinas, produciendo una inflamación crónica que da como resultado el aspecto de piel de naranja.

Existen muchos factores que hacen que una mujer sea más propensa a padecerla, tales como la raza, siendo más común en las razas latina y negra; la falta de ejercicio, que por un lado promueve la acumulación de grasa, además de dificultar la circulación de los miembros inferiores, lo cual se traduce en una acumulación anómala de líquido en el tejido celular subcutáneo que ocasiona la inflamación crónica de dicho tejido.

El tabaquismo es una causa importante del deterioro circulatorio, que por ende, altera de igual modo la microcirculación de la grasa subcutánea donde se genera la celulitis, y el consumo habitual de alcohol también promueve un trastorno en la acumulación de líquidos.

Los factores hormonales son fundamentales en el desarrollo de la celulitis, al punto tal que ciertos autores consideran a esta condición no como una enfermedad sino como una característica sexual propia del sexo femenino, puesto que aparece con la pubertad, y aunado a esto, existe una exacerbación de la misma con el uso de anticonceptivos y los embarazos.

La dieta, de igual modo, juega un papel muy importante debido a que, como se ha mencionado anteriormente, el aumento de tejido graso favorece la aparición o acentuamiento de la celulitis, siendo los alimentos ricos en grasas saturadas y trans presentes en los alimentos de origen animal y sus derivados, como quesos y leche, carbohidratos simples, que encontramos en los dulces, galletas, postres, panes no integrales y en general en la comida rápida, además del consumo excesivo de sal y embutidos, los que más impacto negativo tienen sobre este padecimiento.

Podemos deducir que con base en la gran cantidad de factores predisponentes a padecer celulitis, el tratamiento es complejo. Es importante procurar practicar ejercicios con regularidad, tener una dieta balanceada con abundantes líquidos, principalmente agua, evitando el consumo de carbohidratos simples, embutidos y comida rápida.

Como una alternativa para evitar la acumulación de líquidos en la grasa, se pueden realizar masajes de drenaje linfático, manuales o con aparatos, como la llamada vacumterapia que depura el líquido linfático y las toxinas acumuladas; el consumo regular de algunas infusiones o plantas como la jamaica y la piña, que actúan como diuréticos naturales potencian los resultados del drenaje linfático.

La mesoterapia, que consiste en una inyección localizada en las zonas afectadas de sustancias como cafeína, centella asiática, heredera, ruscus, L-carnitina, entre otras, actúan promoviendo la disminución de tejido graso y mejorando la circulación, dando como resultado una mejora en el aspecto de piel de naranja.

La radiofrecuencia, consiste en la aplicación de ondas del mismo nombre, en el tejido donde se aplica, promueve la generación de colágeno, renovando el aspecto de la piel directamente por la mejora en el tejido cicatrizal que produce la inflamación crónica de la grasa y también beneficia la disminución de la flacidez en la piel adyacente.

La carboxiterapia ha sido, ya desde hace mucho tiempo, uno de los más grandes aliados en el tratamiento de la celulitis, pues ayuda a mejorar la circulación, promoviendo la creación de nuevos vasos y una disminución de grasa localizada, mejorando de manera fisiológica las causas que ocasionan el problema de raíz.

Por último, cabe recalcar que al tratarse de una condición multifactorial e importantemente condicionada por el género, se considera a la celulitis como un padecimiento crónico y degenerativo, puesto que si no tratamos de controlarlo, se acentúa cada vez más, y el mejor modo de combatirla es con un tratamiento integral, que implique cambios beneficiosos en el estilo de vida además de los tratamientos médicos disponibles en la actualidad, que nos dará mejoras en la autoconfianza y sobre todo en nuestra salud en general.