El azúcar escondido en muchos productos

No es un secreto que el consumo excesivo de azúcar puede dañar tu salud, ya que está relacionado con una variedad de afecciones como la diabetes, las enfermedades cardíacas y el cáncer. Incluso si usas poco o nada de azúcar agregado en tu cocina, podrías estar consumiendo mucho más que la cantidad diaria recomendada. Una de las principales razones es que las compañías agregan una gran cantidad de azúcar a sus productos, pero intentan ocultarlo de diversas maneras para poder pasarlos como alimentos saludables.

Ten en cuenta estos consejos aprendiendo a leer las etiquetas de los alimentos para tomar decisiones de compra inteligentes que no dañen tu salud.

• Reemplazan la palabra azúcar por otras

Si quieres saber cuánta azúcar contiene un producto, por ejemplo, una caja de cereal, generalmente mira la parte de atrás lee la lista de ingredientes en busca de palabras clave como azúcar, sacarosa, glucosa y fructosa. Si no las encuentras, o están en el medio o al final de la lista, piensas que no hay mucho en el producto, y llegas a la conclusión de que es una opción saludable. Bueno, no del todo, ya que muchas empresas hoy en día utilizan muchos nombres “alternativos” para el azúcar en un intento de engañar al consumidor.

Existen 55 diferentes nombres para esconder el azúcar: néctar de agave, cebada de malta, remolacha, azúcar morena, jarabe de mantequilla, cristales de caña, jugo de caña, caña de azúcar, caramelo, jarabe de algarroba, azúcar castor, azúcar de pastelería, maíz edulcorante, jarabe de maíz, jarabe de maíz sólido, fructosa cristalina, azúcar demerara, dextrano, dextrosa, malta diastásica, diatasa, etil maltol, jugo de caña evaporado, fructosa, jugo de frutas, sirope, concentradas, galactosa, glucosa, sólidos de glucosa, azúcar oro, jarabe de oro, azúcar granulado, azúcar de uva, jarabe de maíz de alta fructosa, miel, azúcar invertido, lactosa, jarabe de malta, maltodextrina, maltosa, jarabe o sirope de arce, melasa, azúcar mascabado, panocha, azúcar crudo, jarabe de maíz refinador, jarabe de arroz, sorbitol, jarabe de sorgo, sacarosa, jarabe, teacle, azúcar turbinado, azúcar amarillo.

• Agregan azúcar a cosas que no son dulces

Seguro esperas encontrar azúcar agregado como un ingrediente en una caja de galletas, pero no tanto en una lata de salsa de tomate, aderezos para ensaladas y sopas.

La verdad es que los humanos simplemente aman los alimentos dulces porque nuestros cerebros funcionan con azúcar y es adictivo, y para las empresas, es una forma barata de hacer que un producto sea más sabroso para los consumidores. Desafortunadamente, todos los alimentos que mencionamos anteriormente pueden contener demasiada cantidad de azúcar, superando las dosis saludables. Por eso siempre es importante verificar el contenido de un producto, ya sea dulce o salado.

• Venden un producto como saludable

Es mejor ignorar por completo las afirmaciones como dieta, light, cero, saludable, baja en grasa que a menudo aparece en el empaque de los productos. En su lugar, mira directamente la etiqueta y analiza la lista de ingredientes. Estos productos suelen ser bajos en grasa, calorías y azúcar, pero a menudo son demasiado abundantes en azúcares.

• Uso de los llamados azúcares “saludables”

Ciertos productos usan etiquetas como sin azúcar refinado o no contiene azúcar refinado. Lo que significa que no tiene azúcar blanco. Si bien puede ser cierto que estos azúcares “saludables” tienen un índice glucémico (IG) ligeramente más bajo, aún tienen poco o ningún nutriente adicional en comparación con los alimentos integrales y, al final del día, siguen siendo azúcares agregados.

Ya sea que se trate de azúcar blanco, fructosa o jarabe de maíz, estos azúcares no deben exceder la cantidad total de 37.5 g para los hombres y 25 g para las mujeres. Por lo tanto, no importa si consumes 20 g de azúcar blanco, o 10 g de azúcar de coco, 10 g de jarabe de agave y 5 g de miel como mujer, todos equivalen a tu cantidad diaria recomendada. Eso no significa que no puedas elegir estas alternativas, pero recuerda que son tan dañinas para tu salud como cualquier otro azúcar.

• Usando algunos tipos de azúcar

Como mencionamos anteriormente, los ingredientes aparecen en cualquier lista de acuerdo a sus cantidades en un producto, por lo que el primer ingrediente suele ser el más abundante, mientras que habrá muy poco del último en la lista. Las empresas aprendieron a aprovechar este reglamento y con frecuencia utilizan varios tipos de azúcar en cantidades más pequeñas, lo que hace que aparezcan más bajos en la lista de ingredientes. Esto puede engañar al consumidor para que crea que hay muy poco azúcar en el producto. Por lo tanto, si ves algunos tipos diferentes de azúcar en el medio o al final de la lista, debes saber que la cantidad agregada de todos estos azúcares puede ser mucho más alta de lo que esperas.

• Cambiar los hechos nutricionales con el tiempo

Si sabes que una marca específica produce un producto bajo en azúcar, no asumas que se aplica a productos comparables de la misma marca. A menudo ocurre que un producto similar, pero con un sabor distinto, o simplemente uno que se vende en un país diferente no tendrá el mismo contenido nutricional que el original.

• Comprueba el tamaño de la porción

La última, pero definitivamente crucial línea de información nutricional de un producto es el tamaño de la porción, la cual es generalmente manipulada por las compañías de alimentos, haciéndola demasiado pequeña para que el producto parezca que no es tan alto en azúcar. Entonces, por ejemplo, una pequeña lata de refresco que incluso un niño puede tomar en cuestión de segundos a menudo contiene múltiples porciones, doblando o triplicando la cantidad de azúcar mencionado en el envase. Ten cuidado y haz compras inteligentes al elegir tus alimentos.

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