Emprendimiento convierte la ropa vieja en ladrillos
Fundada por Clarisse Merlet, la empresa con sede en Francia FabBRICK trabaja para reciclar desechos textiles en ladrillos que supuestamente son excelentes aislantes térmicos y acústicos.
En Francia, los residuos textiles se estiman en alrededor de 4 millones de toneladas, sin embargo, menos de un tercio de estos se recoge para su reutilización o reciclaje en el país.
En 2017, la estudiante de arquitectura Clarisse Merlet se sorprendió al descubrir la enorme cantidad de desechos textiles a
nivel mundial, sin mencionar la impactante cantidad de desechos que prevalecen en la industria de la construcción. Esto la hizo pensar e idear: ¿y si pudiera hacer uso de los mismos recursos que ya se han extraído para construir?
Así nació FabBRICK, una empresa que desarrolla ladrillos decorativos y aislantes a partir de ropa vieja. En abril de 2019, la empresa recibió apoyo al cerrar una ronda de crowdfunding de EUR €10,000 (aprox. US$11,000) que se utilizó para desarrollar una máquina de ladrillos para industrializar el proceso de producción.
Cada ladrillo usa alrededor de dos o tres camisetas de material triturado que Merlet compra a un proveedor en Normandía. Además de algodón, poliéster, elastano, PVC, se puede utilizar en el proceso, y con un pegamento ecológico que desarrolló la propia Merlet, estos desechos se mezclan primero y luego se prensan en un molde de ladrillo y sin ninguna intervención humana en este proceso el molde usa compresión mecánica para formar los ladrillos. Luego, estos ladrillos húmedos se retiran del molde y se dejan secar durante dos semanas antes de poder usarlos.
En una entrevista con Brut, Merlet dijo que ser estudiante de arquitectura la hizo buscar formas de construir de manera diferente. “Entonces hice varios prototipos con distintos pegamentos ecológicos y probé diferentes formas de poner el textil en el molde para comprimirlo. Eventualmente, se me ocurrió un prototipo que se mantuvo bien, reacciona bien al fuego y también resiste la humedad”.
Disponibles en cuatro tamaños diferentes, la compañía dice que los ladrillos son un excelente aislante térmico y acústico, lo que significa que funcionan para divisiones de habitaciones, paredes decorativas en tiendas minoristas y también se pueden utilizar para hacer muebles como lámparas, mesas, taburetes y más. Si bien se pueden emplear en la construcción, están diseñados para fines estructurales, algo en lo que Merlet está trabajando.
Según el sitio web de la empresa: “Desde nuestra creación a fines de 2018, ya hemos diseñado más de 40,000 ladrillos que representan 12 toneladas de textiles reciclados. Y lo que es más, se puede personalizar el color de tu pared con la ropa que decidas reciclar.”
FabBRICK ha trabajado con el centro comercial parisino Galerías Lafayette para una serie hecha a mano y con Vinci Construction para convertir sus propios uniformes de trabajo en taburetes y lámparas.
En una entrevista con Novethic, Merlet mostró un prototipo de ladrillo hecho con máscaras quirúrgicas trituradas que podría ayudar a abordar los desechos relacionados con la pandemia.
“Todavía no sabemos cómo lo vamos a vender, porque aún tiene que pasar una serie de pruebas de laboratorio, en particular pruebas de fuego, pero la idea es construir algunos muebles pequeños y ver cómo funcionan”.
Merlet también es ganadora del concurso Faire Paris, Petit Poucet 2019, Start’in ESS 2019 y Prix Gabriel 2020.
Este texto apareció originalmente en Green Queen, puedes ver el original en inglés aquí.
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Fuente: Green Queen
Traducido por: Mónica Gálvez
Fotografías: Fabbrick/Facebook
Etiquetas: Edición 116