El estilo oriental en el diseño de nuestros espacios

La decoración oriental es una corriente decorativa con una gran cantidad de seguidores y está relacionada con una de las culturas milenarias más importantes de la humanidad. Su idea o concepto original es la de crear espacios llenos de paz y en perfecto equilibrio.

Dentro del estilo “oriental” nos referiremos en este artículo a la decoración japonesa y china, cada una con un verdadero encanto y particularidad.

Un toque chino en la decoración: se destaca por tener como principal distintivo muebles con detalles rojos y dorados. Para esta cultura la relación de los colores con las supersticiones y la suerte juegan un papel muy importante, y cada uno atrae distintas energías. Además se cuidan los detalles y se caracteriza por tener objetos y mobiliarios muy llamativos.

Los japoneses, su elegancia y sofisticación: marcados por el buen gusto, para esta cultura “menos es más”. Por lo que en este tipo de estilo se destacan los tonos más neutrales, que van desde los grises, blancos y colores tierra, acompañados por detalles naturales como los reconocidos bonsáis.

Hay algo en común que une a estas dos culturas que es el Feng Shui, en cuya filosofía los espacios influyen en el poder de atracción, tanto positiva como negativamente, buscando encontrar la armonía perfecta y el espacio ideal a través de la luz natural, el orden de los espacios, la sobriedad y el equilibrio.

Este tipo de decoración suele adaptarse a casi todos los gustos, pues su sencillez se adecua a casi todos los espacios del hogar. No se necesita una réplica exacta, solo con adaptar algunas ideas con algún producto de oriente o generar un poco de ambiente parecido será suficiente para lograrlo. Puedes crear en un rincón un jardín japonés, con piedras, agua, y plantas…

La paleta de colores son la verdadera clave para diseñar un espacio con carácter oriental, y si hay colores que realmente nos trasportan a estas culturas son el rojo y el negro. Otros elementos son las superficies laqueadas en colores ocre, negro, naranja y tonos rojizos. En cuanto a los textiles, suelen ir en tonos azules y grises suaves, y los estampados tienen grabados geométricos y florales.

Otro punto a tener en cuenta es la sencillez y el orden. Entonces los espacios no deben verse agobiados con muchos objetos ni estar excesivamente decorados.

El mobiliario, relacionado con la cultura popular, juega un papel muy importante, tanto en su vida cotidiana como a la hora de realizar reuniones y prácticas en el suelo, por lo que la mayoría de los muebles suelen ser bajitos. Mesas, aparadores, cómodas, futones, que se pueden combinar con tatamis y alfombras para asemejar este estilo. Otra idea es usar paneles japoneses o shoji, en las ventanas o como separadores de ambientes, que se realizaban tradicionalmente con madera y papel de arroz, y son un elemento emblemático que aporta calidez y define el ambiente. Los biombos también pueden dar un toque especial.

Una de las características que definen la decoración de estilo oriental está en la elección de los materiales, muy arraigados en su cultura popular. Se trata de materiales naturales pero relacionados con las tradición asiática como: la piedra, la madera (en especial la de cedro), el bambú, la seda, el papel de arroz, etc. También los espacios con muchas plantas le dan vida a este tipo de interiorismo.

Fuentes:
www.emagister.com www.ilutop.com
www.esneca.com decoracion2.com

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