Arquitectura de la nueva realidad

El año 2020 marca un parteaguas de una nueva realidad, hábitos, costumbres, prioridades y rutinas. Todo empezó a cambiar en cuestión de días, no cabe duda que estamos viviendo un momento histórico.

Este cambio, a pesar de que se deriva de algo negativo como lo es una pandemia mundial que está provocando una crisis sin precedente, también tiene como resultado un enfoque más centrado a nuestro interior, a nuestras necesidades más básicas que estaban ya descuidadas por la enajenación de la rutina y costumbres de la vieja realidad. En este punto es donde nos preguntamos: ¿cómo afecta en materia de arquitectura y diseño todo esto? Es muy simple, estuvimos confinados (y estaremos) por más de tres meses en un espacio arquitectónico sin poder salir. Ahora todos sabemos qué le falta o qué le sobra a ese espacio, y sabremos en un futuro qué considerar y qué no en un diseño. Así es que, en definitiva, este suceso mundial sí provoca un cambio en las futuras consideraciones arquitectónicas.

Las tres principales premisas de diseño para tener en cuenta en la nueva realidad son: Iluminación, Ventilación y Espacio, aunque son conceptos que siempre han sido importantes, ahora suben de categoría a esenciales. La iluminación y ventilación van de la mano, dándole una orientación adecuada a nuestro proyecto de frente a los vientos dominantes, con amplias aberturas que reciban los vientos, y pequeñas ventanas como salidas del aire, se logra un flujo de aire que se acelera y de esta forma evita la humedad remanente, lo que beneficia en una mejor salud respiratoria para los habitantes de la casa. De la misma manera la posición de las ventanas y su tamaño deben de ser suficientes para iluminar la mayor parte de los rincones de la casa, al recibir radiación solar se eliminan también gran número de bacterias que se alojan en lugares oscuros y húmedos. Haciendo una buena combinación de estos dos factores, se puede garantizar una casa “sana” donde los problemas respiratorios no sean causados por la misma.

El espacio, hoy día lo que vamos a buscar es tener espacios amplios y funcionales, ya nos dimos cuenta qué áreas realmente necesitamos en casa y cuáles no. Después de hablar con varios colegas y amigos, el lugar donde la mayoría pasaba el tiempo, ya sea para hacer trabajo en casa, clases virtuales, alimentos diarios, etc., es el comedor. Por lo que habría que diseñar un espacio amplio, con servicios de electricidad cerca, y de ser posible integrada, bien iluminado tanto de día como de noche, sillas cómodas y con fácil acceso, tanto a la cocina como a la sala y baños. Podríamos decir que lo ideal es que sea el centro de la casa, el resto de los lugares como sala y recámaras, son más lugares de descanso o entretenimiento que cuentan con sus características particulares. Hay que procurar espacios abiertos, que no haya divisiones entre la cocina y el resto de la casa para lograr la mejor ventilación posible. No siempre se puede contar con espacios amplios. En la actualidad hay muchos terrenos pequeños o construcciones limitadas donde tenemos que usar más nuestra creatividad procurando no interrumpir la circulación con muebles, integrar lo más posible las áreas y utilizar tragaluces y domos, en caso de tener restringidas las paredes y no poder abrir ventanas.

En conclusión, aunque estos parámetros de diseño siempre han sido importantes, hoy día, no hay duda que son esenciales para lograr diseños arquitectónicos saludables. Estos meses nos han enseñado que nuestra salud es lo más importante y nuestro entorno debe de ser el adecuado para estar bien. Todo diseño arquitectónico debe comenzar por la siguiente pregunta: ¿qué necesitamos aquí para estar bien?

Por: Ing. Gabriel Galindo Arias Grupo 3 Arquitectura + Ingeniería

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