Realidad

La realidad viene a nosotros constantemente, por lo general a los pocos minutos de haber despertado; otras veces se demora un poco en llegar o se aleja por un momento, como cuando tomamos una taza de café o escuchamos una canción que nos gusta mucho, y para algunos de nosotros, cuando llueve y el olor a petricor nos invade el alma.

La realidad no solo llega, sino que colisiona con nosotros, se estrella en nuestra cara, nos cae encima como un balde de agua fría y es a menudo como un mecanismo de autosabotaje; pero, ¿qué es la realidad sino una construcción mental? y ¿qué la diferencia de las fantasías y los sueños si éstos también se originan en nuestra mente? La verdad es que la realidad solo es una percepción, acerca del lugar que ocupamos en el universo, y más aún, del lugar que nos corresponde dentro de nuestro universo particular al que estamos anclados, impositivamente por nosotros mismos más que por las circunstancias, el cual está delimitado por nuestros valores axiológicos, creencias, contexto socioeconómico y familiar, temores e inseguridades. Esas variantes que nos hacen ser el primero en abrir la pista de baile o aquel que se queda sentado en la mesa, siguiendo el ritmo de la música con la punta del pie o los talones, una percepción que se parece mucho a un prejuicio.

A veces escapamos de la realidad, al romper el orden que nos hemos o nos han impuesto por razón de género, religión o principios morales; al actuar de manera distinta a las expectativas de los demás y de nosotros mismos. Entonces la realidad se asimila a un esquema preestablecido, un orden específico.

Pero, ¿a dónde podríamos escapar si vivimos sumergidos en nuestros pensamientos?

La respuesta es a ninguna parte, nadie puede escapar de sí mismo; todo ocurre en nuestra mente. Todo nace, crece, trasciende y se extingue (aparentemente), en nuestro cerebro; en mi opinión, la mayoría de las ocasiones nada se extingue o desaparece; al igual que la energía, los pensamientos solo se transforman, se duermen, se guardan deliberadamente en una caja con llave, en un cuarto sin ventanas, a un costado de nuestra cámara de tortura privada.

La realidad es que soy más vulnerable de lo que pensaba.

La realidad es un pensamiento, una conceptualización; como lo son las fantasías, las ilusiones y los sueños; aunque quizá más compleja, pero una idea a fin de cuentas.

Por supuesto, ésta no es una opinión científica ni está sustentada en pruebas indubitables; es solo es una opinión, completamente subjetiva, tan subjetiva como podría resultar mi realidad para ti o cualquier persona, tan inválida como cualquier otra opinión personal.

Escribo desde mi realidad, que a veces es como un mar profundo e inmenso, y al mismo tiempo una pueril corriente de agua fluyendo en el asfalto.

Por: Miguel Ángel García García

@letrasypalabras

Etiquetas: Edición 98