¿Por qué se celebra el Día Mundial de las Abejas?

Las abejas, que están entre las criaturas más laboriosas del planeta, llevan siglos beneficiando a las personas, las plantas y el medio ambiente. Al transportar el polen de una flor a otra, las abejas y otros polinizadores no solo posibilitan la producción de una abundancia de frutas, frutos secos y semillas, sino también más variedad y mejor calidad, contribuyendo así a la seguridad alimentaria y la nutrición.

La celebración anual del Día Mundial de las Abejas permite sensibilizar acerca del papel esencial que tanto ellas como otros polinizadores desempeñan en el mantenimiento de la salud de las personas y del planeta, así como sobre los muchos desafíos que afrontan hoy en día. Este evento tiene lugar desde 2018, gracias a los esfuerzos del Gobierno de Eslovenia con el apoyo de Apimondia, que dieron lugar a la resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas por la que se declaró el 20 de mayo Día Mundial de las Abejas.

La fecha elegida para este acontecimiento es la del natalicio de Anton Janša, pionero de la apicultura moderna perteneciente a una familia de apicultores de Eslovenia, donde la apicultura es una importante actividad agrícola con una larga tradición.

En la actualidad, el número de abejas, polinizadores y muchos otros insectos está disminuyendo. Esta efeméride supone una oportunidad para que todos promovamos acciones que protejan y ayuden a los polinizadores y sus hábitats, incrementen su abundancia, mantengan su diversidad y apoyen a los apicultores y al desarrollo sostenible del sector apícola.

Dependemos de la supervivencia de las abejas

Las abejas y otros polinizadores, como las mariposas, los murciélagos y los colibríes, están, cada vez más, amenazados por los efectos de la actividad humana.

La polinización es un proceso fundamental para la supervivencia de los ecosistemas, esencial para la producción y reproducción de muchos cultivos y plantas silvestres. Casi el 90% de las plantas con flores dependen de la polinización para reproducirse; asimismo, el 75% de los cultivos alimentarios del mundo dependen en cierta medida de la polinización y el 35 % de las tierras agrícolas mundiales. Los polinizadores no solo contribuyen directamente a la seguridad alimentaria, sino que además son indispensables para conservar la biodiversidad.

Todos dependemos de los polinizadores y por ese motivo, es crucial controlar su declive y detener la pérdida de biodiversidad.

¡Necesitamos actuar ya!

Las abejas corren el peligro de extinguirse. Las tasas actuales de extinción de especies son de cien a mil veces más altas de lo normal debido a las repercusiones humanas. Casi el 35% de los polinizadores invertebrados –en particular las abejas y las mariposas–, y alrededor del 17% de los polinizadores vertebrados –como los murciélagos– están en peligro de extinción a nivel mundial. Sin embargo, la población de polinizadores –en especial abejas y mariposas– ha disminuido de manera preocupante, debido principalmente a prácticas agrícolas intensivas, cambios en el uso de la tierra, plaguicidas (incluidos los insecticidas neonicotinoides), especies exóticas invasoras, enfermedades, plagas y el cambio climático. Los agricultores y los responsables de las políticas tienen un papel importante que desempeñar en la protección de nuestros polinizadores. Pero también hay cosas que nosotros podemos hacer.

Si esta tendencia continúa, algunos cultivos nutritivos —como frutas, frutos secos y muchas hortalizas— serán sustituidos cada vez más por los cultivos básicos como el arroz, el maíz y la patata, lo que podría desembocar finalmente en una dieta desequilibrada.

Los insectos invasores, los pesticidas, los cambios en el uso de las tierras y los monocultivos pueden reducir los nutrientes disponibles y suponer una amenaza para las colonias de abejas.

¿Qué podemos hacer?

Tú, en tu día a día:

• Cultiva una amplia variedad de plantas autóctonas que florezcan en diferentes épocas del año. • Compra miel sin refinar a los agricultores de tu zona.
• Compra productos a agricutores que lleven a cabo prácticas agrícolas sostenibles.
• Protege las colonias de abejas silvestres.
• Apadrina una colmena.
• Deja un cuenco poco profundo con agua limpia y piedras o palos para que las abejas beban y no se ahoguen.
• Ayúdalos a mantener los ecosistemas forestales.
• Crea conciencia sobre su situación, comparte esta información en tus círculos y redes sociales. ¡El declive en el número de abejas nos afecta a todos!

Los apicultores y agricultores pueden:

• Reservar algunas zonas como hábitat natural.
• Crear barreras vegetales.
• Reducir o modificar el uso de pesticidas.
• Respetar los lugares de anidación.
• Sembrar atractivos de cultivo alrededor del campo.

Los gobiernos y los responsables de elaborar estrategias deben:
• Fomentar la participación, el intercambio de conocimientos y empoderamiento de los pueblos rurales e indígenas, así como de las comunidades locales.

• Aplicar medidas estratégicas, incluidos incentivos económicos para promover el cambio.

• Incrementar la colaboración entre organizaciones nacionales e internacionales, instituciones académicas y redes de investigación para gestionar, investigar y evaluar a los polinizadores y los servicios de polinización.

Algunos polinizadores como las abejas, las aves y los murciélagos inciden en el 35 % de la producción agrícola mundial, elevando la producción de 87 de los principales cultivos alimentarios del mundo, y de muchos medicamentos derivados de las plantas. El 75 % de los cultivos de todo el mundo que producen frutas o semillas para uso humano como alimento dependen, al menos en parte, de los polinizadores.

“Tres de cada cuatro cultivos de frutas o semillas que se producen para consumo humano dependen, al menos en parte, de las abejas y otros polinizadores”.

Fuentes:

www.un.org
www.fao.org

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