Más allá del sabor

¿A quién no le gusta comer bien? Preparaciones deliciosas, llenas de color, de diversas formas, con olores y especias diferentes que hacen de un platillo, un manjar que toca directo al corazón y que sacia la panza. Generalmente no se piensa en el contexto en el cual se desarrolló el producto ni mucho menos el trayecto que tuvo desde el campo o el mar hasta la mesa.

La gastronomía sostenible ha sido un concepto que ha tomado auge en los últimos años. Cada vez hay más chefs y cocineros que optan por elegir productos frescos y producidos en su misma localidad. Pero ¿de dónde viene este concepto y por qué debería ser tan importante en nuestros días?

Comer es algo que resulta esencial para el ser humano. Es preciso decir que el comer suple una necesidad básica de nuestro organismo, sin embargo, el hecho de que elaboremos platillos que sean de gusto a nuestro paladar es algo que se da gracias a nuestro entorno, nuestro contexto y el legado que hemos obtenido a través de nuestra herencia familiar y social.

Gastronomía sostenible es un concepto que deriva de otros dos, por un lado gastronomía es el arte de preparar una buena comida y por otro, la palabra sostenible es que se puede sostener por un largo tiempo sin causar algún daño al medio ambiente. Por ende, la gastronomía sostenible, es sinónimo de crear hábitos que tomen en cuenta los procesos por los cuales pasan los alimentos, sin abusar del uso de recursos para preparar un platillo y también ocuparse de qué tanto nos nutre.

El 18 de Junio es un día para promover la gastronomía sostenible, tomando en cuenta que el arte de preparar alimentos va más allá del sabor, pues se busca que se tome en cuenta el proceso que tiene el mismo para llegar desde el campo a la mesa. Pero ¿cómo puedes ayudar a desarrollar una gastronomía sostenible desde tu casa?

Planifica tus comidas

En mi experiencia personal, ha sido de mucho beneficio el planificar mis comidas, tanto en la cuestión económica como en el hecho de que de esa manera se evitan los terribles desperdicios.

Puede que sea un poco tedioso estar yendo al mercado cada vez que vas a cocinar algo, pero, al momento de hacerlo debes recordar que los alimentos que estás comprando, aunque no tengan una fecha de caducidad visible (en el caso de los productos frescos) de todos modos tienen vencimiento para ser utilizables.

De manera que es un punto a tener en cuenta cuando vayas a hacer la compra de los ingredientes que vas utilizar. Además de ser más certero con lo que vas a consumir, también reduce la incertidumbre de saber qué comerás, por lo que tener un menú organizado, te ahorra tiempo.

Otra técnica efectiva es elaborar preparaciones que impliquen el uso de los ingredientes que ya están por vencerse. Es decir, si tienes tomates que ya están por pasarse de maduros, pues entonces puedes hervirlos y hacer una salsa. También existen otras técnicas para preservar los alimentos como: congelar, secar, encurtir o fermentar.

Así que, haciendo un recuento, el método sería:

• Preparar un menú para saber qué ingredientes comprarás.

• Organizar una lista de productos con cantidades bien establecidas para evitar desperdicios.

• Utilizar algún método de conservación en caso de que no se consuma de forma inmediata.

Y claro, siempre está la opción de compartir con otras personas algún alimento que no se consumirá. Recuerda que al desprenderte de algo no sólo ayudas a la otra persona sino que además te queda la enorme satisfacción de saber que has hecho algo por alguien más.

Consume local

Como resultado del confinamiento, nos vimos orillados a consumir aquello que producían en nuestra localidad o en las localidades circundantes. Eso, como una manera de promover el desarrollo económico de la zona.

Aunque han pasado ya varios años desde que sucedió, es necesario continuar contribuyendo con la economía local, pues de esa manera no sólo se reduce la huella de carbono emitida por los vehículos en los cuales se transporta la mercancía, sino que además se disminuye la cantidad de empaques plásticos para su conservación y transportación.

Las ventajas no son únicamente visibles en el medio ambiente, pues se aporta también un beneficio económico que favorece los bolsillos de las familias de los agricultores y productores locales, así como el acceso a productos más frescos, a precios más justos, sin mencionar las repercusiones positivas que tienen en nuestra salud.

Así que, la próxima vez que vayas a comprar algo para tu despensa o cocina, pregúntate dos veces en qué lugar lo harás y a quién quieres beneficiar.

Ahorra recursos

Por último, pero no menos importante, el ahorro de recursos al momento de cocinar puede llegar a hacerse de muchas formas. Entre ellas la más destacada es el agua pues, aunque la mayoría somos conscientes de que es un recurso indispensable y que hoy se encuentra escaso en muchos lugares, la mayoría de las veces no nos percatamos de las cantidades que desperdiciamos al lavar los trastes.

Por eso, es de suma importancia tratar de usar la menor cantidad posible al momento de lavar los trastes o desinfectar alguna fruta o verdura. También es importante pensar en qué otros usos podría tener el agua una vez que la utilizamos para enjuagar algún alimento, pues puede ser reutilizada para regar plantas o incluso usar el inodoro. Siempre y cuando esta no esté contaminada, por eso es necesario revisar que no se mezcle con aceite de cocina.

Por otro lado, el ahorro de contenedores plásticos intercambiándolos por vidrio, aluminio u otros materiales más amigables con el medio ambiente, puede contribuir a que el desperdicio en plásticos de un solo uso se reduzca, mejorando así la vida de los alimentos.

Ahora bien, esta es la manera en la que cada individuo puede contribuir a promover una gastronomía sostenible, pero no deberíamos olvidar que la industria restaurantera desde los sectores públicos y privados también son invitados a llevar a cabo diversas medidas para que todos contribuyamos a la mejora y eficacia de los productos.

Recuerda que todos somos responsables por el cuidado del medio ambiente y es nuestro llamado proteger lo que se nos ha dado como legado para las generaciones siguientes. No convirtamos el regocijo de comer juntos en un festín desmedido de recursos en el cual no pensemos en las repercusiones que podemos dejar sobre el medio que nos rodea.

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Por: Romelia Márquez Puente

Etiquetas: Edición 129