Despertar, Sian Ka’an, México

El proyecto se encuentra en la reserva natural de Sian Ka’an, patrimonio de la humanidad, hogar de manglares, de especies endémicas en peligro de extinción, y que cuenta, además, con el segundo mayor arrecife de coral en el mundo y bosques tropicales. La reserva facilita el turismo ecológico y el pensamiento del medioambiente a lo largo de un tramo de la costa del Caribe mexicano.

El sitio para este proyecto se divide en dos, una parte que tiene vistas al mar y la otra es en la orilla de la laguna. Esta situación ofrece dos perspectivas dentro del complejo, separados sólo por una carretera de terracería. 

Diseñado por el Taller Arquitectura en Movimiento, firma arquitectónica que reside en la ciudad de México, su concepto se basa en invitar a sus huéspedes a un viaje único, introspectivo en el que puedan experimentar, como su nombre indica, un despertar a un nuevo yo, regenerado, donde la experiencia de alojamiento se integra al entorno natural. El complejo promueve la alimentación saludable y la gastronomía local, así como actividades que fortalecerán la mente, el cuerpo y el espíritu. Alienta la conexión con la naturaleza, la comunidad y con los propios visitantes y fomenta la conciencia en el turismo.

Su diseño emula las formas de refugios naturales: el nido, la madriguera, la cueva, la concha, el capullo; geometría como la base para el análisis y la creación del universo, la naturaleza y la razón. El perfil orgánico de estos refugios se convirtió en una referencia para desarrollar los elementos arquitectónicos que forman este complejo. El área de contacto con el entorno es mínima, a fin de reducir el impacto en el sitio y proteger su vegetación natural, la mayor parte de la cual está en peligro de extinción. 

El complejo está compuesto por 12 módulos en forma de capullo que funcionan como espacios de vida, organizados en torno a un plan muy sencillo: salón y dormitorio, además de las instalaciones. La geometría de este objeto está compuesta por una serie de curvas de bambú que giran alrededor de un eje central en forma de una peonza. En el plano principal, es decir, 3 metros por encima del suelo, su diámetro es de 5 metros, mientras que la base a nivel del suelo sólo de 1 metro. En el nivel superior y por encima del entrepiso, el agua de lluvia es recogida y almacenada para el consumo familiar, lo que reduce la demanda de agua potable, de difícil suministro en esta zona. Estas unidades están conectadas por medio de elementos verticales y puentes colgantes. 

El capullo se ha conceptualizado como un prototipo, un objeto repetible que puede ser instalado en cualquier lugar. Se puede, en caso necesario, ser transferido a otro lugar sin dejar una huella en la tierra. 

El programa de servicios se complementa con varios elementos que guían la interpretación del proyecto: la forma de la zona de recepción es una reminiscencia de un nido de colibrí, del restaurante es un caracol de mar, mientras que la estructura que contiene el salón de usos múltiples emula un caparazón de tortuga y la piscina tiene la forma y la textura de un nido de pájaro abierta. Las instalaciones se resuelven en pequeños módulos geométricos. 

La energía se suministra mediante turbinas eólicas, plantas de tratamiento de aguas residuales y paneles solares. El sistema logra un ciclo completo del agua sin la eliminación en el acuífero. La gestión de los residuos contempla los cultivos que crecen en la tierra y la protección de los manglares.