Presente Futuro “Hace mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana…”

Y después de 135 minutos -un bote de palomitas, unos nachos, una enorme soda-, todos vuelven al mundo cotidiano; algunos abordan sus vehículos para ir a sus tranquilas casas en Playacar; otros toman taxi para llegar a algún fraccionamiento, de estos conjuntos habitacionales desarrollados con grandes aéreas verdes, al menos así fue la promesa para venderlos. Otros más vuelven a esas pequeñas viviendas donde los servicios son pocos pero existen.

Ese viaje de retorno a casa los va transportando de la fantasía del cine a la realidad del mundo… ¿Y qué es el mundo? Pues bien digamos que encontramos esta definición: Mundo es el nombre común que recibe cuanto rodea al ser humano y específicamente la experiencia que lo rodea, en general su vida, su historia y su civilización. Se considera mundo a la naturaleza o al universo físico, humano y social donde se sitúa y que constituye su entorno. Más concretamente, con mundo se alude al planeta Tierra.

Si por un momento se pudiera hacer el diario de cada uno de los habitantes de esta comunidad llamada o identificada como Playa del Carmen, nos daríamos cuenta que hay más cosas en común que diferencias; lo que todos compartimos es precisamente el mundo en el que vivimos, aquello que forma nuestra historia, nuestras relaciones, nuestros proyectos, nuestro trabajo. No existe una sola cosa en el ser que no suceda en esto que llamamos mundo entonces, si esto es así, ¿por qué invertimos tanta energía y creatividad para destruirlo?.

¿A qué fantasía futurista corresponde la tala de árboles, el devastar grandes extensiones de selva para colocar planchas de cemento que elevan la temperatura y no producen oxígeno? Los humanos requieren oxígeno para realizar la respiración. ¿Cómo mantener este organismo vivo si acabamos con esta parte del mundo que produce este vital gas que se consume alrededor de toda la tierra? Los habitantes de Playa del Carmen respiran, los de Quintana Roo respiran, los de la República Mexicana también, los del Continente Americano y así sucesivamente, todos respiramos…

¿Qué hay con el Agua? El 75% del cuerpo humano al nacer es agua y cuando alcanza la edad adulta el 65%, lo que muestra la importancia y permanencia de este líquido para la vida, no sólo en los humanos sino para el mundo. ¿Cómo podría ser este planeta sin agua? Seguro sí existiera, como cuando se proyecta una futurista imagen del planeta sin agua, tendrán que omitir a los humanos, los mares y su fauna, ríos, lagos…; toda aquella posible forma majestuosa en la que el agua ha estado presente, incluídas esas postales navideñas con paisajes nevados y toda actividad asociada a ésta.

Para estar en tono con la moda o las cosas actuales podría decirse que se está construyendo no una estrella de la muerte sino un planeta de la muerte, donde todos participamos de forma activa o pasiva en esta gran tarea. Se puede hacer una lista de todas aquellas cosas del mundo que se han ido contaminando, porque este es el primer paso a la destrucción total de los humanos, ya que mucha de esta apreciada y sobrevalorada idea de desarrollo que excluye al hombre, así como la tecnología que la acompaña, no priorizan a mediano o largo plazo la permanencia de la vida humana; su prioridad es la pronta recuperación de inversiones y beneficios, con jugosas ganancias de un capital.

Donde el conflicto no es la ganancia, el negocio, el desarrollo, la tecnología sino la forma avasalladora en la que se pone en movimiento todo un mecanismo de protección a la destrucción y una restricción al desarrollo equilibrado, que pugna por la inserción del quehacer humano de forma sinérgica con el mundo. Las economías y negocios exitosos de verdad no deben catalogarse por su nivel de contaminación y destrucción, deben ser éticos y comprometidos con la preservación del mundo donde habita hoy el hombre.