Danza folklórica mexicana Una ventana a la cultura popular de México

La república mexicana posee una enorme riqueza cultural que se puede constatar en sus pueblos, sus ciudades, su gastronomía, sus atuendos y, por supuesto, en su danza. Desde Tijuana hasta Chetumal, las danzas tradicionales, los bailes mestizos, la danza folklórica escénica y los rituales prehispánicos son un referente cultural por excelencia, una ventana a la cultura popular de México.

Suele llamarse danza folklórica a aquellos bailes realizados por un conjunto de personas en situaciones de festividad, casi siempre en el marco de ceremonias de índole religioso. Se cree que tal denominación se da a las expresiones dancísticas que nacieron a partir del mestizaje de la cultura mexicana prehispánica con las tradiciones culturales escénicas de los españoles en tiempos de la colonia. La fusión de ambas tradiciones artísticas corporales dieron como resultado el nacimiento de lo que hoy en día, y desde mediados del siglo XX, representa la mexicanidad desde la danza.

“Una danza folklórica es una expresión social, cultural o celebratoria que puede acompañar ritos religiosos, de iniciación, ceremonias de guerra, de fertilidad, de petición, etc. Las danzas folklóricas tienen un objetivo y los danzantes suelen tener un alto sentido de ritualidad.” (1)

Asimismo, la danza folklórica, como la conocemos, ha sabido enfrentarse a la multiplicidad de estilos del folklore contemporáneo y ha podido entablar una relación tanto de conservación tradicionalista como de un arte que evoluciona con el tiempo. Para muestra de ello, en primer lugar, podemos ver cómo en los distintos pueblos de la república mexicana se realizan las danzas en su contexto casi originario: quizás al santo patrono de la comunidad, quizás en una festividad como las bodas; y, por el otro lado, podemos ver cómo los grandes grupos y compañías independientes y de universidades han fusionado los elementos característicos de la danza folklórica con diversas técnicas teatrales, de danza clásica y contemporánea y acrobacia.

De todas formas y en todos los contextos, el Jarabe tapatío de Jalisco, La Chaparrera de Tamaulipas, Las Mujeres que se pintan de Yucatán, El Tigre de Tabasco, el Cachito y rascapetate de Chiapas, la Danza de los viejitos de Michoacán, el Son del Buey de Nayarit, la Danza del Venado de Sonora, la Bamba de Veracruz, la Sandunga de Oaxaca, la Danza de los chicleros de Quintana Roo, la Petenera de Hidalgo y la Danza de los Concheros de la Ciudad de México, entre cientos de otras, constituyen un magnífico ejemplo de la danza folklórica y danzas rituales más representativas de nuestro país.

Si quieres aprender a bailar algunas de estas danzas y bailes, te invito a que me sigas en mis redes sociales y te enteres de las actividades que ofrecemos para adultos principiantes en Playa del Carmen.

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(1) Fuente: culturacolectiva.com

Por: Alex López
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