Entre emociones y propósitos de Año Nuevo
Es bien sabido que cuando comienza un año la mayoría de las personas lo inician con una lista de deseos y metas por cumplir. Las primeras semanas se vuelven cruciales en el intento de crear hábitos nuevos. Lamentablemente conforme va avanzando el año nos encontramos con que tal vez estemos lejos de alcanzar aquello que nos propusimos.
Entre los objetivos que la mayor parte de la gente se hace están el hacer ejercicio, dejar de fumar, mantenerse más cerca de la familia, ahorrar, viajar, buscar pareja, tener hijos, ser una mejor persona...
Si bien todos esos propósitos están bien y le dan un sentido a la vida de muchas personas, el principal propósito de cada uno es en realidad no sólo el ejecutar esas acciones y ya, en el fondo todos estamos en la búsqueda constante de algo llamado felicidad.
Pero ¿qué es la felicidad?
Muchos diccionarios reconocen a la felicidad como una emoción, otros dicen que es un momento al que se llega tras cumplir ciertos objetivos, otros como un estado del ser donde los individuos se encuentran positivos.
Lo cierto es que cada uno tiene un concepto de lo que es la felicidad, para algunos no tiene un significado trascendental y para otros es el principal objetivo de sus vidas. De ahí que existan tantos libros, películas, canciones, series que abordan el tema.
En enero es cuando más se tiende a estar triste, entre el clima, las deudas por las fiestas decembrinas, el final de las vacaciones, lo lejano que parece el año que pasó, son factores que hacen que no estemos precisamente con el mejor ánimo posible.
En 2005 se declaró el tercer lunes de enero de cada año como “Blue Monday” pues según un estudio derivado de una supuesta fórmula matemática, es el día que tiene todos los factores para sentirse triste. Pero resulta que todo este movimiento fue para una campaña publicitaria, y esto, lejos de ser algo que impactara positivamente a las audiencias, dio pie a que algunas empresas que distribuyen productos para “levantar el ánimo” aprovecharan la ola para promocionarse con mayor vehemencia.
Ante esto, años más tarde surgió el hashtag #StopBlueMonday que intenta promover que no podemos permitir que una fórmula creada por alguien más nos de permiso para reír o llorar, para estar tristes o felices.
El estar en una constante búsqueda de felicidad puede significar estar lejos de alcanzarla, porque la felicidad no es algo que se planee, es una emoción y como tal debe ser tratada. Al igual que la tristeza, que también es válida sentir.
Los medios de comunicación influyen considerablemente en cómo nos hemos de sentir, pero no podemos dejar que estos controlen y forjen nuestro carácter.
En 2021, en una investigación para la Universidad Southwest, los estudiantes de periodismo Peng Sha y Xiaoyu Dong encontraron que los adolescentes que son usuarios de la plataforma de videos TikTok son tendientes a tener más depresión, ansiedad y menos capacidad de estudio y trabajo.
Hoy en día la depresión sigue siendo una de las enfermedades mentales que es una de las principales causas de muerte a nivel mundial. Tanto los adolescentes como los adultos mayores son los más afectados por este padecimiento.
El 13 de enero se conmemora el Día Mundial de Lucha contra la Depresión y, aunque esta es una condición que muchas veces va más allá de poder tener el control sobre las emociones, aún estamos a tiempo de que nuestras interacciones con los demás puedan tener un impacto positivo en la vida de quienes nos rodean, pues no sabemos por lo que puedan estar pasando.
Que este año que comienza nos sirva para tener en cuenta que en este mundo que nos rodea caminan personas, con propósitos nuevos, personas que están buscando la felicidad y otras quienes son sobrevivientes de sus propias emociones. Que sea nuestro principal propósito ser empáticos y que en nuestro camino por ser mejores podamos también ser quienes decidamos qué sentir.
Por: Romelia Márquez Puente
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