Maya Chak, el regreso del rojo maya

Después de redescubrir el mítico azul maya y compartirlo con el mundo bajo el nombre de Azul Maya Ch’oj, y el Verde Maya Ya’ax, el artesano, ceramista y escultor yucateco Luis May Ku vuelve a sorprender. Esta vez con un nuevo pigmento que revive otro tono ancestral de la paleta sagrada de los pueblos mayas: el Maya Chak, el rojo maya.

Con raíces profundas en la tradición cerámica de la zona Pu’uc, el Maya Chak es un pigmento natural de un rojo terracota que, al ser procesado, transforma su brillo hacia un rojo anaranjado. Un color vibrante que evoca la calidez del amanecer, el poder del fuego y la energía vital de la sangre. “En algunos textos antiguos se relaciona este color con la fortaleza y la valentía”, explica Luis May desde su taller en Cobá, Quintana Roo.

El descubrimiento no fue fortuito. Forma parte de una búsqueda más amplia por revivir la cosmovisión cromática de los antiguos mayas. “Mi intención es completar los colores primarios de los puntos cardinales mayas: el blanco del norte, el amarillo del sur, el negro del oeste, el azul y el verde del centro del cosmos, y el rojo, que representa el este”, comparte.

Fue en el proceso de elaboración de cerámica cuando Luis notó que ciertos componentes tradicionales adquirían un tono más brillante tras la quema. “Ahí me di cuenta de que podía convertir ese pigmento en polvo”. A partir de ese hallazgo, comenzó la experimentación hasta dar con una fórmula estable, resistente y versátil. Hoy, Maya Chak puede utilizarse en óleo, acuarela, acrílico y temple, y es especialmente efectivo en superficies porosas. Para acabados finos, recomienda molerlo más y utilizar aglutinantes naturales.

Cada pigmento que Luis desarrolla está profundamente inspirado en el uso que tuvo en la antigüedad. “Este tono específico se utilizó en la cerámica maya de la región Pu’uc. Es un color nativo de la península de Yucatán, ligado a las prácticas artísticas y espirituales de nuestros antepasados”, explica. Como en el caso del azul maya, gran parte de su investigación se nutre del contacto directo con la tradición oral y los saberes de los pueblos mayas contemporáneos, además de su práctica constante como alfarero. Esa mirada, entrenada por años de observar la materia viva transformarse en arte, lo guía en este camino de recuperación de técnicas y conocimientos que parecían perdidos.

El nombre Maya Chak no es casual: “Chak” significa rojo en lengua maya. Con este nuevo color, se expande la propuesta de Maya Boono’ob, su línea de pigmentos mayas naturales, pensada como un puente entre el pasado y el presente, entre los antiguos códices y los talleres de los artistas contemporáneos.

Luis May ha comenzado a compartir este pigmento con otros creadores que deseen experimentar con materiales naturales, alejados de los productos químicos comerciales. También ofrece talleres privados bajo agenda, con la intención de acercar a más personas al conocimiento de las pinturas tradicionales.

“En realidad, lo único que quiero es compartir nuestras tradiciones cromáticas con los demás”, dice con sencillez. Y lo hace. Con cada pigmento que rescata, Luis construye un legado vivo que honra al pueblo maya y lo proyecta hacia el futuro.

Facebook: @Luis May

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