Vivir en paz : la guerra más dura que lidiamos con nosotros mismos
Cuando mis amigas de Playacar Magazine me invitaron a colaborar con ellas, redactando artículos, sin duda acepté porque, tras quedarme sin empleo (por COVID), comencé a enfrentarme con una de las guerras más complicadas que he tenido conmigo mismo: la de lidiar con mi propia escénica y mis demonios que en ocasiones salen a la luz y generan caos a mi alrededor. Fue así como desde hace un par de ediciones, el redactar me ha devuelto un poco ese sentimiento de paz.
Y así, entre artículos y temas, surgió la idea de escribir sobre el Día Internacional de la Paz que se celebra mundialmente cada 21 de septiembre; pero más allá de hablar de una efeméride, quiero hablarte del sentimiento de paz.
¿Has pensado cómo sería un mundo en paz? ¿Te has imaginado tu país o tu ciudad en total armonía? Seguramente sí, pero ¿qué pensarías si te dijera que esa paz que tanto anhelamos en nuestro entorno social, no ocurrirá sino hasta que encontremos paz como individuos?
Si nos ponemos a meditar un poco sobre el tema, quizá lleguemos a la conclusión – un tanto lógica desde mi perspectiva – que, para que exista paz en el mundo, primero tiene que haber paz en cada cabeza inmersa en “n” cantidad de pensamientos diarios, pues bien dicen que “Cada cabeza es un mundo”.
Luego entonces, lo que a unos nos genera paz, a otros les puede generar ansiedad. Sin embargo, el respetar nuestra esencia, aceptarnos como somos y confrontarnos desde la empatía son algunas de las formas que nos permiten mantenernos en paz y, por consiguiente, reflejar y contagiar esa paz a nuestro alrededor.
Saber reconocernos como seres de luz y entes de energía para encontrarnos y reencontrarnos con nosotros mismos no es una tarea sencilla – ¡no te voy a mentir! – pero tampoco es una labor imposible de lograr; meditar, dormir bien, mantener un estilo de vida sano, leer, hacer ejercicio y algunas otras actividades pueden ayudarnos a estar en equilibrio y a vivir en paz.
Pero, como te decía antes, lo que a unos les genera paz, a otros quizá no, por ello es importante que, en este proceso de introspección y reconocimiento, aprendamos a respetar las creencias, estilos de vida, costumbres e historias de cada individuo sin olvidar que cada quien a diario lidia con su propia batalla.
Por ello, te invito a que, durante un momento del día, te detengas a observarte desde el interior, te llenes de amor y pensamientos positivos para contigo. Disculparte por tus errores que te han dejado lecciones y valorarte como el ser perfecto que eres (sí, con todo y tus “defectos” eres perfecto/a), es convertirte poco a poco en el ser de paz que eres.
Finalmente, con estos pequeños consejos espero que encuentres en ti eso que te da paz, que la proyectes y que, por consiguiente, seas un eslabón más de esta gran cadena de amor que conformamos quienes creemos que desde nosotros se está gestando un verdadero cambio social en el mundo, un mundo que evolucionará en paz.
Por: @cesarvelazquezmx
Etiquetas: Edición 96