Sabías que...
El 90% de la población mundial vive en el hemisferio norte
La población del planeta, que actualmente alcanza los 8.000 millones de personas, está desigualmente distribuida entre los continentes, habiendo una gran diferencia entre el hemisferio norte y el hemisferio sur.
En la zona templada del hemisferio norte se concentra el 90% de la población mundial, siendo los continentes más poblados Europa y Asia que albergan al 86% de las personas a nivel mundial, seguidos de América, África y Oceanía.
Los países donde se concentra una mayor densidad de población se encuentran en el continente asiático: China, India, Bangladesh, Japón y Birmania; en Europa: Países Bajos, Gran Bretaña, Francia, Alemania e Italia; y la costa noreste de América del Norte.
En América del Sur y África, se encuentran zonas muy determinadas con una alta densidad de población, como el litoral atlántico de Brasil y la zona central de México, el valle del Nilo en Egipto y la zona litoral del Magreb en África. Los lugares escasamente poblados se hallan en los países del centro África, Oceanía y algunas zonas de América del Sur, donde existen grandes vacíos demográficos que se sitúan en las tierras desérticas, áridas, áreas montañosas y zonas frías del planeta. Esta escasa densidad concentra cerca de un 2% de la población mundial.
Tripofobia, el miedo a los agujeros
Este término, que se acuñó en el 2005 como una combinación del griego τρῦπα trypa ‘agujero’ y fobia ‘miedo’, se utiliza para describir al miedo o repulsión generado al mirar o al estar cerca de figuras geométricas muy juntas, o a un patrón repetitivo, especialmente orificios y rectángulos muy pequeños.
Si bien no está incluida en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, hay personas que afirman tener miedo a objetos con agujeros pequeños aglomerados, como los que se ven en panales, hormigueros, ciertos hongos y los frutos del loto, manifestando síntomas como cosquilleos, comezón o picazón en el cuerpo, ansiedad e incluso náuseas, que pueden variar la intensidad o frecuencia según la gravedad.
Esta fobia puede estar relacionada con el miedo a los parásitos o a las infecciones, teniendo un origen evolutivo relacionado con la supervivencia.
Aunque la investigación es limitada, Arnold Wilkins y Geoff Cole aseguran ser los primeros en investigarla científicamente. Y una encuesta informal hecha por un grupo de servicios financieros en 2010 para un programa de mercadotecnia citó la tripofobia, el temor de los agujeros o grupos de agujeros, como el segundo mayor temor, detrás del miedo a los objetos de madera (conocida como xilofobia).
Una granada tiene 613 pepitas en su interior
Para confirmar esta cantidad habría que abrir muchas granadas, contar sus pepitas y hacer un promedio. Sin embargo, como estamos hablando de un fruto con una larga historia, siempre se puede hacer caso a tradiciones, creencias y mitologías, ya que su cultivo se remonta por lo menos a 5,000 años.
Aunque fue una fruta muy valorada por las diferentes culturas mediterráneas y de Oriente Próximo, que la consideraban un símbolo de fertilidad, la mayoría de los pueblos no repararon en la importancia del número de semillas que tenían. Ni siquiera la propia Afrodita, diosa del amor en la antigua Grecia, a la que se atribuía el primer granado plantado. Pero hubo una excepción: el pueblo judío.
Al igual que en otras culturas, la granada tiene un especial simbolismo en la religión judía, ya que es sinónimo de concordia. La tradición asegura que cada granada tiene 613 granos, tantos como preceptos en la Torá, el libro que contiene la ley y el patrimonio identitario del pueblo judío. El nombre de estas normas es mitzvà y el objetivo pasa por cumplir todos esos mitzvàs durante el año.
Los judíos consideran que la forma en que las semillas se agrupan, dificultando su separación, es similar a la unión que debe haber entre los miembros de una familia. Lo más curioso es que el número real de semillas que hay en una granada suele aproximarse bastante a esa cifra clave en el judaísmo.
La producción anual de granada en México es de poco más de ocho mil toneladas y se cosecha principalmente en el estado de Guanajuato, Hidalgo y Jalisco. El clima que más favorece al granado es el subtropical, donde el periodo de temperaturas altas coincide con la época de maduración de los frutos.
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