Educación post pandemia... Repercusiones en nuestros nin@s y jóvenes

Algunos relatos actuales de las maestras...

“No tienen rutina, o estructura, ya que los papás comentan que fue muy difícil estar todos en casa”.

“Este pequeño, antes era más atento, sus tiempos de trabajo eran buenos, y ahora que regresamos hay cambios marcados”.

Relatos de los padres..

“Nunca estuvo escolarizado porque cuando íbamos a iniciar comenzó la pandemia, y se quedó en casa. Y ahora parece todo muy difícil comparado con mis otros hijos”.

“Se frustra demasiado, ante actividades que le resultaban desafiantes las intentaba hacer o pedía ayuda, ahora se tira al piso y llora”.

Estos son algunos comentarios que escuchamos en distintas escuelas, y que llaman la atención por la gran coincidencia. Y lo mismo la relatoría de familias que acuden a nosotros.

La pandemia ha marcado un camino un poco cruel para nuestros niños de edad de kínder y etapa primaria. Niños que tuvieron mayor contacto con el iPad, que sufrieron el stress que vivimos los adultos por distintas circunstancias, la falta de contacto con otros niños. La falta de estructura del sistema escolar de manera física y la mirada de cerca de los maestros. Niños con poca autonomía a la hora de verlos accionar en actividades de la vida diaria escolar. Pérdida de hábitos de estudio y trabajo, frustración a la hora de no lograr lo que quieren.

Entre terapeutas nos alerta el gran número de niños con tiempos cortos de atención y trabajo. Falta de orden y estructura. A nivel físico se observa niños con mucho movimiento, es decir, inquietos; pero también en muchos casos falta de coordinación. Pareciera que la poca salida a espacios de juegos al aire libre, como parques, los ha afectado de una manera significativa. Desborde emocional y falta de limites conductuales.

Las escuelas claramente muestran su preocupación, buscan apoyo de terapeutas y también de las familias, aunque en muchos casos estas últimas no saben bien cómo apoyar a sus hijos.

Hoy nos gustaría compartir algunos tips que podrían poner en práctica, tanto en casa como en la escuela, y consideramos que ayudarían de manera significativa a los niños y jóvenes. Se recomienda que para los más pequeños las actividades se presenten a través de imágenes, y en los más grandes por escrito.

Agenda visual o rutina de actividades. Así como los adultos usamos agendas para recordarnos qué actividades vamos a tener en el día, los niños también necesitan la suya. Estructurar el día con las actividades que esperamos de ellos. Y la manera en que deben hacerlas. Esto genera hábito, estructura y orden en los tiempos de acción.

Lista de tareas para colaborar en casa. Dependiendo la edad será la cantidad de tareas que se le dará, y el grado de dificultad. Pero a partir de los 2 años, se les puede asignar trabajos de ayuda en casa y la escuela. Reducir tiempos en pantallas y ofrecer espacios de juegos reglados (juegos de mesa) y espacios de juego al aire libre.

Los juegos reglados permiten a los niños tener estructura y orden, espera de turnos, trabajar la paciencia, el ganar y perder. También ofrecen momentos de análisis y reflexión dependiendo el juego y conlleva aprendizaje, de números, letras, nociones espaciales, conteo, lectoescritura, dibujo, etc.

Los juegos al aire libre van a colaborar con las destrezas motoras, tanto finas como gruesas. Y son espacios muy ricos para generar vínculos con otros niños y en donde podemos detectar si hubiese dificultades.

Fomentar nuevamente la autonomía perdida para actividades de la vida diaria. Armar lista de reglas para ordenar la conducta de nuestros niños. Siempre se redacta en positivo, marcando lo que se espera de él o de ella.

Checar cuáles son sus tiempos de atención y paulatinamente ir aumentándolos cada día, 5 minutos más, cualquiera sea la tarea. También ir pidiéndole más precisión, orden y estructura.

Generar espacios de plática sobre nuestras emociones y sentir. Pero no solo preguntarle cómo está sino también que los adultos les contemos cómo nos sentimos y de qué forma podemos gestionar nuestras emociones y resolver situaciones. Eso les ayuda mucho, saber que los demás también tenemos emociones/situaciones con las cuales lidiar cada día.

Estos tips van a ayudar mucho a los niños, pero también generarán un gran beneficio en los adultos que estamos trabajando y conviviendo con ellos.

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Por: Natalia A. Alioto
Lic. en Educación Especial

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