La Educación Musical: El ¿qué? Y el ¿por qué?
La educación musical es una actividad pedagógica que involucra diversos aspectos del desarrollo del niño. Específicamente en el nivel inicial, comprende un conjunto de actividades que le permiten al niño manejar su voz, afinar su oído, desarrollar su sentido rítmico natural y expresarse corporalmente mediante ella. Todas estas actividades deben de estar integradas de manera equitativa en un programa variado, significativo, interesante y diversificado de acuerdo a la edad y demás características del grupo.
La educación musical puede ser concebida como un medio o como un fin en sí misma. Como medio, la educación musical nos permite motivar, desarrollar o reforzar nociones propias de otros aprendizajes. Concretamente podemos desarrollar nociones lógico matemáticas, o juegos musicales. Como fin en sí misma, constituye una excelente vía de expresión, comunicación y creación que ejercita nuestra sensibilidad humana, la inteligencia creadora y la imaginación.
Su importancia ha sido reconocida desde el principio de las civilizaciones, por ello grandes pensadores como Platón, Aristóteles, Montaigne, Rousseau, Goethe asignaron a la música un papel educativo de mayor significado. En la actualidad, se reconoce que la música juega un importante rol que favorece y dispone positivamente al niño, forma su personalidad, sus sentimientos, su cuerpo y su inteligencia.
La actividad musical se desarrolla en función de juegos, en tanto estos sintetizan la realidad con la fantasía, el aprendizaje, con la vida. Al respecto Pescetti afirma que “los juegos son herramientas de la alegría, y la alegría, además de tener valor en sí misma es una herramienta de la libertad”. A la par sostiene “si el sistema educativo se atreviese a jugar, no habría más que ser coherente con lo que tanto afirma: que el juego es un factor esencial en el buen desenvolvimiento físico y psicológico de los niños”.
En un principio, el aprendizaje musical se realiza de manera inconsciente, la función del maestro es facilitar la progresiva toma de conciencia de los diversos elementos de la música por parte del niño y así enseñarle de la manera más práctica, divertida y tranquila el poder que tiene:
• Tu voz… existe: cuyo propósito es educar la voz, nuestra melodía, hacerla más expresiva, expresar por medio de la modulación, de la dicción y conocer nuestro timbre y tesitura vocal, para saber qué podemos hacer con ella.
• Para escucharte mejor...: a fin de desarrollar la capacidad de escuchar, nuestro medio para percibir y disfrutar la música, tanto instrumentada por nosotros mismos, como el escuchar a alguien tocar, los sonidos cotidianos que escuchamos o el percibir una melodía con todas sus características de “colores” y sentimientos.
• Ritmo… diga usted: el cual ejercita y desarrolla nuestro ritmo natural y corporal. Todos los movimientos, sonidos y recepciones de nuestro cuerpo hacia el exterior y hacia nuestro interior, ya que cada quien posee un ritmo, una afinación corporal y un sentido del equilibrio musical.
• Vayan saliendo las parejas a bailar…: el bailar y el danzar nos hacen desarrollar nuestra capacidad de expresarnos con nuestro cuerpo a partir del estímulo musical y con la posibilidad de trabajar corporalmente y rítmicamente con otras personas. A través de movimientos y de la música nos acompasamos y nos relacionamos sin ningún problema y con divertimento.
Estos puntos son esenciales para conocer la música desde los diferentes ámbitos que nuestro cuerpo y nuestro interior nos dan para disfrutarla y poder poco a poco desarrollarnos cada vez más en el aspecto musical y que más nos “mueva” nuestra alma interior. Y llegar a ser desde pequeños personas “adictas” a los mensajes que nuestro cuerpo, nuestros sonidos y nuestra sensibilidad personal nos ofrecen para vivir en paz, armonía, alegría y sensibilidad. Facebook: Academia de Música Marta de Juana