Repensar paradigmas y otros actos de resistencia

Como profesora de arte y de formación cívica y ética, no puedo estar ajena a una reflexión cotidiana y diaria de los diferentes contenidos éticos, estéticos y artísticos que voy a enseñar a mis queridos alumnos. También estoy atenta a cómo voy a transmitir el conocimiento, para contribuir a la formación del pensamiento crítico.

Es mi deseo ser una maestra que construye saber por medio de experimentar la libertad de los procesos creativos y que estos se trasladen a acciones positivas y fructíferas en la vida de los chicos.

¿Me acompañarían en esta reflexión?

Cuando pensamos en lo que está sucediendo en nuestra sociedad, como por ejemplo la normalización de la violencia, todas mis amistades, conocidos, y diferentes expertos consultados coinciden en la misma solución a los problemas: “una buena educación”. Pero, ¿qué es una buena educación?: Podría ser aquella en la que las familias están atentas a la transmisión de valores. Quizá no es suficiente buscar una buena escuela, sino hacer todo un acompañamiento educativo, así como introducir arte y sus diferentes manifestaciones . Darle al alma su lenguaje para que la construcción del ser sea integral y un sistema educativo que priorice el ejercicio de la actividad humana basada en valores, derechos humanos, respeto a la dignidad, alimentar el alma con arte.

Yo podría añadir que hay que enseñar una ética de la vida, en su sentido amplio.

Que el joven descubra una “misión de vida”, “una filosofía de vida”, “una pasión nacida de su corazón”, una vida real y auténtica que no le hayan vendido en videojuegos o redes sociales creándole falsas necesidades que oprimen y dan lastre a la vida.

Si reflexionamos, tomamos conciencia y no de manera dogmática sino reflexiva y vivencial, nos damos cuenta que necesitamos nuevas formas educativas que cambien paradigmas, que descolonicen nuestro pensamiento. Y el lenguaje crea pensamiento, así que por qué no empezar a revisar y observar cómo me hablo y cómo habla mi entorno. Hay un modo de ver el mundo contenido en el idioma.

Por ejemplo, hay un debate del que participo, que es el uso del lenguaje incluyente. Las mujeres hemos sido borradas de la historia del arte, de la historia de la ciencia, de la historia de la humanidad… al menos en la cultura occidental la mujer fue invisibilidad y por tanto no nombrada.

Y otro aspecto es si ¿hablamos de manera diferente a los chicos que a las chicas? Con nuestro lenguaje ¿construimos masculinidades asociadas a violencia?: “los chicos no lloran” “corres como niña” ¿Construimos feminidad asociada a culpa y silencio? “calladita te ves más bonita”… Quizá también hay un lenguaje que normaliza la violencia, un lenguaje que cosifica a la mujer… Y de manera extensiva un lenguaje que asocia progreso con destrucción de la naturaleza por ejemplo.

Los invito a que piensen en frases hechas, que oímos desde niños/as y que si las revisamos con atención pueden hacer referencia a creencias limitantes o a estereotipos que eliminarán la gran diversidad y complejidad humana. ¿Me las compartirían?

Es un acto de resistencia tener empatía y no masculinizar el plural.
Es un acto de resistencia revisar mi lenguaje. Ser impecable con mis palabras.
Es un acto de resistencia sanar y liberar el lenguaje de las cargas de opresión y esclavitud así como de cualquier rol impuesto por la globalización y las leyes del mercado.
Es un acto de resistencia crear. Porque no hay creación sin libertad.
Es un acto de resistencia saber estar a solas con uno/a mismo/a.
Es un acto de resistencia saber decir no a tantos estímulos exteriores que vienen de mano de la tecnología mal usada.

Descolonizarse es reeducarse, repensarse y dudar de la historia que nos contaron.Revisar paradigmas y creencias limitantes para que con una educación contraria a la domesticación podamos elegir ser mejores personas y aspirar a un mundo mejor.

Hay que tener voluntad de hacer las cosas con amor para crear un sistema social más justo, igualitario y libre.

Todos/as tenemos derecho a una buena educación.

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