Lorena Ancona

Nacida en Chetumal, Lorena pasó los primeros años de su vida en Mérida pues su familia es yucateca y luego, a los 5 años de edad, se mudaron a Cancún. “No tengo muchos recuerdos de esa época, pero uno muy presente es que siempre había abejas en el patio trasero ya que mi abuelo tenía una empresa de miel y jalea real, y mi madre ayudaba
a envasar la miel contenida en grandes tambos. En 1985 nos mudamos mis padres y hermanos a la ciudad de Cancún. Era un Cancún muy pequeño que recuerdo con mucho cariño pues fue una infancia muy libre, vivíamos en una calle tranquila, no pasaban casi autos y jugábamos cada día en la calle hasta que caía la noche y los murciélagos nos espantaban volando muy cerca de nosotros en la oscuridad. Tengo 2 hermanos mayores, mi hermano Lorenzo me lleva 10 años y mi hermana Lourdes es 6 años mayor, así que yo era la pequeña y debo confesar que jugaba mucho sola”.

Estudió la licenciatura en Artes Plásticas en “La Esmeralda” Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado de la Ciudad de México. “Desde niña siempre dibujaba mucho. Si bien Cancún no era el mejor lugar para desarrollar una actividad artística mi madre se esforzaba en encontrar clases de arte, aunque fueran temporales. De adolescente tomaba los talleres que encontraba en la Casa de Cultura de Cancún. Tuve siempre amigos y maestros artistas, uno de ellos me recomendó que mi mejor opción era La Esmeralda. Tuve mucha suerte de pasar el examen la primera vez, ya que al ser una escuela de gobierno especializada del INBA aplican hasta 400 aspirantes, pero quedan generaciones de menos de 80 personas”.

Si bien ha vivido en Playa varias veces, su familia se mudó aquí desde principios del año 2000, pero siempre han estado en Quintana Roo. “Recientemente me mudé por tercera vez, antes de la pandemia estuve viviendo en Oaxaca 5 años. Tengo un proyecto de vida que estoy haciendo en Akumal. Estoy construyendo un taller para mi producción de arte, en particular un taller de cerámica y un laboratorio para la investigación de materiales de la península de Yucatán y del sureste de México”.

Una de sus primeras atracciones hacia una manifestación artística fue la danza, y el ballet fue por mucho tiempo una pasión hasta que se dio cuenta que tenía mucho más futuro en la plástica que en la danza. “En lo últimos años la arqueología y la antropología se han vuelto una pasión, de allí mi interés en los materiales locales y su contexto histórico, particularmente el arte maya, la iconografía y simbología de una época temprana que se manifiesta más evidente en la zona sur del Estado”.

Para crear Lorena prefiere materiales naturales como tierras, arcillas y madera. “Uso también pigmentos que compro en tiendas de arte, pero yo preparo mis mezclas de colores, arcillas, y tierras para trabajar cerámicas, pinturas y esculturas que llegan a ser instalaciones. Tengo mucho interés en la recuperación de técnicas antiguas por lo que he investigado el proceso del azul maya y su activación en comunidades en la península. Al trabajar con técnicas tradicionales o antiguas busco entender la materialidad de estos elementos como el estuco y el barro, también el contexto que las enmarcan así que la arquitectura, simbología e iconografía maya son fuerte influencia. Creo fielmente que los materiales también dialogan fuertemente en el estilo, pero busco generar uno propio que se alimenta del pasado y de lo contemporáneo. Podría definir a mi estilo muy marcado por los materiales que uso que dialogan con la sensualidad y lo salvaje de la naturaleza”.

Si bien por algunos años no produjo profesionalmente, Oaxaca fue un lugar clave que le permitió explorar y apreciar desde lo tradicional a lo contemporáneo donde retomó su producción hacia 2016 y empezó también a vincularla al sureste y la península. “Desde entonces no he parado de producir y exhibir muy activamente sobre todo en la ciudad de México, pero también en el extranjero. Actualmente estoy exhibiendo en una pequeña galería en Nueva York, el año pasado estuve en una colectiva en el Museo Jumex y una exposición individual en la galería Llano en la ciudad de México, próximamente participaré en una colectiva en Londres”.

Además del proceso de construcción de su taller, Lorena tiene varios otros por concretar próximamente: una instalación de cerámicas para una exposición en Mérida a fin de año, y otra más el próximo año en Nueva York. También comenzar unas pinturas en estuco para una feria de arte y algunas piezas para pequeñas exposiciones colectivas. “Espero que terminar mi taller me de la plataforma para hacer muchos proyectos desde allí y hacia la península. Ese espacio lo imagino como un mundo aparte, un refugio para todas mis ideas. Un deseo grande sería vincularme más hacia la protección y reproducción de cuestiones ambientales y sociales como los corales y otros proyectos que fortalezcan el vínculo entre naturaleza y territorio en comunidades mayas contemporáneas”.

Si quieres conocer y/o adquirir obras de Lorena puedes hacerlo en su página web www.lorenaancona.com

Decapitar al Caimán.
Galería Intersticio, Madrid, España, 2021.
Sharper than a serpent´s tooth.
Galería Llano, Ciudad de México 2021.
Imix, 2018.
Museo de Arte de Zapopan, Jalisco.

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