Deporte después de los 40

El tiempo pasa sin que nos demos cuenta y, con los años, el cuidado del cuerpo debe ocupar un lugar destacado en nuestro día a día. La actividad física regular es beneficiosa para envejecer de manera saludable. Los músculos necesitan ejercicio para mantener su tonicidad y conservar un volumen correcto, a la vez que mejora la utilización de la glucosa de la célula muscular. Si nuestra musculatura no es capaz de sostener el esqueleto, nuestras caderas, rodillas o vértebras podrían resentirse causándonos dolor. Además es importante trabajar la elasticidad para mantener e incluso desarrollar unas articulaciones sanas.

Al ejercitarnos también favorecemos el aspecto cardiovascular ya que, como músculo que es, el corazón trabaja cuando realizamos un esfuerzo físico. De esta forma, aumenta su capacidad de contracción, su potencia y su eficacia. Y, por consiguiente, la circulación sanguínea se ve mejorada.

Otro aspecto importante a trabajar en el gimnasio después de los 40 es la postura corporal, pues después de la tercer década de vida el espacio intervertebral comienza a reducirse y podemos perder la correcta alineación de la columna. Para ello, recomendamos trabajar la zona media, enderezar siempre el tronco, contraer el abdomen y ejercitar glúteos, para mantener una buena postura.

A la hora de elegir un deporte el mejor será aquel que convenga a la persona en función de sus posibilidades, de su forma física, sus horarios y su resistencia. Recuerda que, a medida que cumplimos años, nuestras prioridades deben ser la tonificación muscular, la flexibilidad y el aspecto cardiovascular.

Se recomiendan:

• La natación: es el deporte más completo que existe ya que se trabajan muchos más músculos que en cualquier otro. Además, estarás entrenando la resistencia aeróbica y poniendo todo tu cuerpo en forma.

• El Pilates y el yoga: estos dos deportes cuentan con muchos adeptos por sus efectos favorables para la salud integral. El Pilates se fundamenta en el desarrollo de los músculos internos (centro de fuerza) para mantener el equilibrio corporal y dar estabilidad y firmeza a la columna vertebral, por lo que es muy usado como terapia en rehabilitación y para prevenir y curar el dolor de espalda. Por otra parte el yoga se basa mucho en los estiramientos que ayudan a que tu cuerpo esté en forma y flexible, lo que tendrá una repercusión beneficiosa en las articulaciones.

• El Tai chi: es un arte marcial que practican millones de personas en todo el mundo debido a los múltiples beneficios que ofrece, tanto a nivel corporal como mental. La particularidad de esta disciplina consiste en combinar de forma armónica los tres fundamentos en los que se sustenta, y que son el movimiento corporal, la concentración mental y la realización de una respiración consciente.

• Caminar: es el deporte más sencillo y lo puede practicar cualquiera, ya que es muy sano y se puede realizar en cualquier momento. Si tienes ganas y fuerzas puedes apuntarte a dar caminatas. Pero también ir andando a hacer los recados o dar un paseo diario puede hacerte muy bien para la salud.

• Las pesas: este tipo de ejercicio, si se trabaja con moderación, puede ser realmente útil para ayudar a corregir problemas de postura y mantener la densidad ósea y de musculatura que se van perdiendo con el paso de los años.

• El baile: bailar es algo muy divertido y que gusta a mucha gente, pero además puede servirte para estar en forma y hacer ejercicio de una manera muy entretenida.

El sueño y la alimentación también son factores importantes para mantenerse saludable físicamente. Gran parte de la reconstrucción de músculo y la recuperación ocurre durante el sueño. Y aunque nos ejercitemos correctamente si no está acompañado de una dieta equilibrada y saludable nunca lograrás construir músculos ni mejorar las partes problemáticas.

Los beneficios de moverse

SALUD CARDIOVASCULAR: previene enfermedades cardiovasculares, controla la hipertensión y los niveles de triglicéridos.

METABOLISMO: reduce hasta un 40-50% el riesgo de desarrollar diabetes tipo II, y la práctica de ejercicio junto con una dieta baja en grasas evita el sobrepeso.

SALUD ÓSEA: previene la osteoporosis, mejora el equilibrio y la propiocepción. Disminuye en un 45% el riesgo de fractura de cadera.

SALUD MUSCULAR: ayuda a mantener la tonicidad y a tener control de nuestros movimientos, evitando las caídas.

SISTEMA INMUNITARIO: la práctica de ejercicio fortalece el sistema inmunitario, disminuyendo el riesgo de contraer infecciones.

PREVENCIÓN DEL CÁNCER: distintos estudios han demostrado que la práctica de actividad física disminuye en un 40-50% el riesgo de padecerlo, en especial el cáncer de colon, de mama y de páncreas.

MEJORA LA FUNCIÓN COGNITIVA: medra la atención y la memoria previniendo el Alzheimer.

MENOS DEPRESIÓN: la segregación de endorfinas, producto de la actividad física, reduce la ansiedad y la depresión, mejorando la autoestima y el bienestar personal.

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