Escuchar el canto de las aves nos hace más felices
La naturaleza tiene un impacto positivo en nuestra salud mental. La jardinería, por ejemplo, mejora considerablemente nuestro bienestar ya que una bacteria no patógena que se encuentra en la tierra aumenta nuestro nivel de serotonina. También sabemos que el mar cambia nuestro cerebro, dándole una especie de vacaciones de la sobreestimulación a la que nos exponemos continuamente. La simple exposición a espacios verdes naturales también es relajante y potencia la creatividad.
Sin embargo, la mayoría de las investigaciones se han enfocado en analizar el impacto de los espacios verdes, como bosques, parques y jardines. Ahora un estudio realizado en el King’s College de Londres reveló la importancia de las aves para nuestro bienestar. Estos investigadores analizaron el impacto de la vida silvestre en nuestro estado de ánimo y comprobaron que ver y escuchar las aves tiene un impacto positivo en nuestro bienestar, incluso para las personas que experimentan depresión.
Los beneficios del canto de las aves para nuestra salud mental
Los investigadores recopilaron datos de más de 1,200 personas a través de una aplicación que recogía sus experiencias en la vida urbana o rural. Primero, los participantes compartieron sus datos demográficos e información sobre sus patrones de sueño y estado de salud mental. Luego, tres veces al día durante dos semanas, realizaron encuestas en las que indicaban qué estaban haciendo y sintiendo en ese momento. Así los investigadores podían saber si estaban en un entorno natural o no.
El equipo descubrió que ver u oír a las aves estaba relacionado con sentimientos más positivos y una mayor sensación de bienestar mental. De hecho, comprobaron que el efecto positivo del encuentro con la vida silvestre no era fugaz, sino que se extendía ligeramente hasta el día siguiente.
Los investigadores también analizaron si había diferencia en el impacto de los encuentros con aves en las personas que sufrían depresión y entre quienes no tenían ningún problema de salud mental. No encontraron diferencias entre los dos grupos, lo cual sugiere que escuchar el canto de las aves y verlas tiene un impacto similar en nuestro bienestar mental.
Sin embargo, no es el único estudio que ha analizado el impacto de las aves. En 2017, investigadores de la Universidad de Exeter también descubrieron que las personas que viven en zonas en las que abundan las aves mostraban menos síntomas de depresión, ansiedad y estrés.
Otra investigación realizada en la Universidad Goethe de Fráncfort del Meno comprobó que existe un vínculo entre la felicidad y la cantidad de especies de aves que habitan alrededor de los hogares y pueblos. Según estos investigadores, estar cerca de 14 especies de aves puede resultarnos tan satisfactorio como ganar 150 dólares más al mes.
El secreto de las aves, ¿por qué nos relajan?
¿Quién no se ha sentido arropado con el sonido de las aves al amanecer? ¿Quién no se ha relajado con el canto de las aves en el bosque? Esta experiencia multisensorial involucra tanto la audición como la vista, por lo que no es extraño que nos ayude a desconectar de nuestros pensamientos y preocupaciones alineándonos con el entorno natural.
De hecho, investigadores de la Universidad de Surrey descubrieron que, de todos los sonidos naturales que podemos escuchar, solemos asociar el canto de las aves con el alivio del estrés y la restauración de la atención.
Es probable que el canto de las aves sea tan relajante porque nos ayuda a conectar profundamente con la naturaleza. Nos devuelve a nuestros orígenes y nos trae al presente, por lo que a muchas personas esta experiencia les aporta serenidad, calma y claridad mental. Obviamente, el entorno natural refuerza ese efecto positivo.
Los beneficios del canto de las aves se deben, fundamentalmente, a que generan un estado de cuerpo relajado y mente alerta. El trinar de las aves nos resulta relajante y tranquilizador porque durante miles de años hemos aprendido que estamos seguros cuando las aves cantan. Nuestros antepasados debían preocuparse cuando dejaban de hacerlo porque probablemente se avecinaba un problema.
Otras personas también reportan sentimientos de alegría y plenitud cuando escuchan el canto de las aves o las observan, probablemente porque en algún lugar muy profundo de nuestra psiquis, seguimos asociándolas con la llegada de la primavera, la renovación y los buenos tiempos que se avecinan después del crudo invierno.
Por tanto, la próxima vez que te sientas estresado o triste, apuesta por una “prescripción verde”. Sal a escuchar el canto de las aves. Pasar tiempo en la naturaleza te hará bien.
Fuentes:
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