Aceite de coco para rejuvenecer

No es de extrañar que el aceite de coco esté considerado como uno de los mejores productos naturales para el cuidado de la piel y el cabello, y es que ofrece una intensa hidratación tanto para reparar los tejidos dañados de la dermis como para nutrir por completo las fibras capilares resecas.

Por su riqueza nutricional y propiedades, se utiliza con varios fines cosméticos y relajantes. Está comprobado que cuenta con compuestos antibacterianos y antioxidantes que reducen la presencia de agentes dañinos en la piel y el cabello para darles una apariencia renovada.

Sus ácidos grasos de cadena media han demostrado ser efectivos en el equilibrio del pH de la piel y su contenido de ácido láurico actúa a favor de su regeneración para un cutis más suave y joven. También es un gran aliado para mantener la salud capilar en sus mejores condiciones, ya que actúa como un acondicionador natural, ideal para darle brillo y estimular su crecimiento saludable.

Sus usos múltiples:

Crema de manos

Para evitar la sequedad de las manos y mantenerlas bien hidratadas, basta con sustituir las cremas comerciales por unas gotas de aceite de coco. Este producto las protege de los daños causados por los radicales libres y, de paso, las desinfecta para no tener que recurrir a jabones o geles.

Crema de afeitar

Unas cuantas gotas de este ingrediente mezcladas con algún aceite esencial hace una crema de afeitar alternativa para reducir los efectos negativos del rasurado. Su consistencia grasosa ayuda a deslizar con más facilidad la cuchilla y protege la zona de posibles infecciones o irritaciones.

Crema nocturna

El uso de este aceite sobre la piel antes de ir a dormir ayudará a potenciar sus efectos de restauración y regeneración. Sus propiedades antioxidantes inhiben el daño celular y le dan un aspecto más joven y saludable. Además, gracias a sus propiedades antibacterianas ayuda a eliminar las impurezas y microorganismos que ocasionan el acné.

Tratamiento anticelulitis

Los masajes con aceite de coco son útiles como complemento del tratamiento contra la celulitis, ya que estimulan la circulación y favorecen la eliminación de tejido adiposo para una piel más saludable y tersa.

Crema para el contorno de los ojos

La delicada piel del contorno de los ojos tiende a arrugarse con más facilidad debido a los constantes movimientos y al impacto negativo de las moléculas dañinas del ambiente. Este ingrediente es una forma muy económica de nutrir esta zona del rostro, pues además de darle humectación también contribuye a repararla sin causarle efectos secundarios.

Control del frizz

Tener el cabello encrespado o con frizz es bastante molesto e impide lucir bonitos peinados. Si aplicas gotas de este aceite esencial se puede controlar sin alterar los aceites naturales. Lo que hace es impedir que se absorba la humedad, principal causa de ese efecto eléctrico en la melena.

Blanqueamiento dental

Una opción natural para tener los dientes más blancos es utilizar el aceite de coco como parte del cepillado, preferiblemente mezclado con un poco de bicarbonato de sodio. Además de blanquear, ayuda a reducir los riesgos de padecer infecciones bucales.

Restaurador capilar

La aplicación de este ingrediente sobre el pelo no sólo sirve para controlar el frizz, sino también para reparar los daños causados por el sol o por el constante uso de elementos de calor. Sus ácidos grasos esenciales penetran en el pelo y cuero cabelludo, proporcionándole nutrición, brillo y más suavidad. Además, tiene un efecto acondicionador que desenreda para facilitar su peinado sin maltratarlo.

Bálsamo labial

Las cualidades restauradoras y humectantes de este producto también pueden ser utilizadas como alternativas a los bálsamos labiales. Aplicar una pequeña cantidad ayudará a remover las células muertas mientras retiene la humedad para darles una apariencia más saludable.

Crema antiestrías

Debido a su composición nutricional, su aplicación sobre la piel durante el embarazo actúa como un preventivo de las estrías. Para ello se debe untar una pequeña cantidad diaria en las zonas más propensas a sufrirlas, como es el caso del abdomen, los glúteos y los senos.