5 hábitos necesarios para manejar el estrés

El estrés es algo muy natural hoy en día, se ha vuelto tan parte de nosotros que nos hemos acostumbrado a vivir de esta manera y nos parece imposible liberarnos de él. Aparentemente el consumo excesivo de algunos alimentos nos ocasionan enfermedades tales como hipertensión, diabetes, dolores de cabeza, colitis, gastritis, entre otras. En realidad es el estrés la raíz del problema. Cuando tienes alguna de estas enfermedades y acudes al médico, una de las preguntas de rutina es ¿tiene mucho estrés? ¿Su trabajo es estresante? Y nos ponemos a pensar y comúnmente nuestra respuesta es no. Pero en realidad nos acostumbramos tanto a tener un ritmo de vida acelerado cargado de responsabilidades y compromisos que creemos que esa es la normalidad.

¿Te ha pasado que después de dormir 8 horas despiertas con un ligero dolor de cabeza? O generalmente al terminar de comer sientes una ligera inflamación en el abdomen que crees que es normal en ti? ¿Sientes que el tiempo no te alcanza? ¿Tienes insomnio recurrente o sueño cortado? ¿Has notado que desarrollas ciertas alergias repentinas a algunos alimentos? Bueno, estas son solo algunas de las señales de tu cuerpo diciéndote que lo estás llevando a un extremo máximo. Y es ahí donde tenemos que hacer un alto, darnos cuenta y hacer las modificaciones necesarias en nuestro día a día para poder relajarnos y tener una mejor calidad de vida.

Por esta razón te comparto 5 hábitos esenciales para aprender a manejar el estrés:

1.- Respira! El proceso de respiración para mí lo es todo. Nos levantamos al sonar la alarma sin tomarnos unos momentos para simplemente respirar y sentir cómo el aire entra por nuestra nariz llenando nuestros pulmones. Esto es llenarse de vida, y la exhalación es una desintoxicación de nuestro organismo. Es muy simple, el cuerpo es sabio y sabe lo que necesitamos para estar en armonía. Practica este hábito de tomar 5 respiraciones profundas antes de salir de la cama, te llevará menos de un minuto y te llenará de energía.

2.- Usa afirmaciones positivas. La mente crea pensamientos y estos no siempre son los mejores. Como por ejemplo: no soy el mejor, siempre me sale mal, no es para mí, etc. El uso de afirmaciones positivas te ayuda a confiar en ti y en el universo. Si lo haces constantemente vas a notar una mejoría en tu estado de ánimo. Una de mis gurús favoritas es Louse L. Hay con su libro “Tú puedes sanar tu vida”, en él te explica de una manera simple cómo implementar las afirmaciones positivas día con día.

3.- Aprende a decir NO. Tenemos la idea errónea que NO es algo malo y que causará un efecto negativo en nuestras relaciones, ya sea laborales, de pareja o con amigos, y muchas veces hacemos compromisos que no podemos cumplir porque estamos saturados de tareas. Decir que NO cuando es necesario nos libera de sentir cargas excesivas y a dejar de ver la vida desde el lado de la víctima. Por lo tanto, a disfrutar más de nuestras prioridades.

4.- Haz ejercicio. Una rutina de ejercicios de por lo menos media hora al día te ayuda a generar endorfinas en el cuerpo, las cuales permiten reducir la sensación de estrés o angustia y nos ayudan a tener un estado de ánimo más positivo. Además puedes practicar deporte con amigos y esto lo hace aún más divertido.

5.- Escucha a los demás. ¿No te ha pasado que crees que tienes la mayor de las tragedias en tu vida pero cuando platicas con un amigo o te enteras que alguien también está pasándola mal tus problemas se sienten más ligeros, y muchas veces hasta encuentras una solución? Bueno, esto se debe a que cuando solo enfocamos nuestra atención en nosotros mismos nos cerramos a otras posibilidades. La próxima vez que te encuentres estresado piensa en alguien cercano que podría necesitar ser escuchado y ayúdalo. Te sentirás mucho mejor después.

Pon en práctica estos sencillos consejos, y si con el tiempo notas que no has podido eliminar algunos de los síntomas descritos en este artículo, busca ayuda, consultando con algún profesional de la salud. La mejor inversión en tu salud es la prevención.

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