Coaching y autoestima

“Autoestima” NO es lo mismo que “Estado de Ánimo”. Por lo tanto, una persona puede tener una buena autoestima y estar triste, ya que el estado de ánimo son EMOCIONES que sentimos en base a circunstancias que experimentamos.

Evidentemente, a largo plazo, una persona con muy baja autoestima termina estando triste y depresiva (pero en principio, no tiene nada que ver).

La Autoestima es la forma que tenemos de EXPRESARNOS, tanto con nosotros mismos, como con los demás. El diálogo interno que tenemos para con nosotros define nuestra autoestima.

Cuando tenemos baja autoestima NO VEMOS LA REALIDAD. Estamos demasiado pendientes del futuro, con miedo a lo que vendrá, y/o nos anclamos en el pasado. Por lo tanto, no estamos aquí y ahora.

Entonces podríamos decir que la Autoestima es como sentir que tenemos la capacidad para resolver cualquier situación que la vida nos depare, sentir plena confianza en nosotros mismos, en nuestro potencial, en nuestras habilidades, en nuestra capacidad resolutiva. Tener una buena autoestima es decirte YO PUEDO, SOY CAPAZ y sentirlo de verdad desde el fondo de tu corazón.

Los responsables directos de que nos sintamos capaces o no, son nuestros pensamientos. A través de sus mensajes, nos sentimos fuertes y poderosos o débiles e incapaces.

El Coaching es una herramienta que trabaja con las que llamamos PREGUNTAS PODEROSAS, son preguntas concretas que nos avivan la conciencia y nos ayudan a pensar, a replantearnos ciertos paradigmas y “verdades absolutas” que teniamos hasta el momento y que quizás ya no nos sirven más. De esta manera, se inicia un proceso en el que la persona va acortando la distancia entre dónde está en ese momento y dónde quiere llegar para sentir que ha llegado donde realmente quiere estar.

Hecha esta introducción, me gustaría que te formularas una pregunta:

¿Cómo cambiaría tu vida si creyeras por completo en tí mismo?

Cierra los ojos y deja que la respuesta venga a tu mente, ¿qué aspectos de tu vida cambiarían? ¿Qué personas no querrías a tu alrededor? ¿Harías el mismo trabajo que estás haciendo? ¿Seguirías con tu pareja actual? ¿Con tu mismo aspecto?

¿Cómo sería tu vida si no te dejaras manipular por los miedos, por tus pensamientos negativos, esos que te juzgan, que te ponen límites y te dicen hasta dónde puedes llegar y lo que no podrás lograr jamás?

¿Cómo sería tu vida?

Si tu respuesta es que sería exactamente igual en todas sus partes, ¡felicidades, estás viviendo la vida que quieres, que te hace feliz. Pero si tu respuesta incluye algunos cambios (o muchos, quizás), significa que deberías hacer algún trabajo para fortalecer tu Autoestima. Y para conseguir esto, es básico que aprendas a ver cuáles son tus creencias, tus pensamientos sobre todas las cosas que te rodean y sobre ti mismo.

¿Cuántas de esas creencias te limitan?

¿Te impiden llegar más lejos? ¿Te mantienen en esa situación en la que no eres feliz, pero de la que no haces nada para salir?

Tus “creencias” son las “creadoras” de la realidad que vives, lo creas o no, esto funciona así. La Ley de Atracción se hace evidente mires donde mires. Por eso, podemos afirmar que si deseas saber cuáles son tus creencias, lo que piensas de ti y del mundo, basta con observar tu realidad, ya que es un reflejo de ellas y de las decisiones que has tomado.

¿Cómo conseguirlo?

Para ser consciente de cómo piensas, cómo actuas y la realidad que obtienes y estar seguro de si es exactamente lo que deseas para tu vida o no, deberÍas preguntarte diariamente:

-¿Es esto lo que quiero? (sobre cualquier área de tu vida). Si la respuesta que te viene en mente es NO, entonces preguntate: ¿QUÉ ES LO QUE QUIERO?

Es necesario que poco a poco vayamos aprendiendo a utilizar pensamientos poderosos, pensamientos positivos y fuertes para que así, empecemos a comportarnos en sintonía con ellos y podamos sacar todo nuestro potencial ilimitado. Ésta es la mejor herramienta para conseguir nuestro máximo rendimiento y llegar a todos los objetivos y propósitos que nos marquemos en nuestra vida.

¿Cómo son tus pensamientos?

A lo mejor te das cuenta de haberte distanciado de ti, y si tomas conciencia de cuánto necesitas dolerte durante un tiempo y estar triste, hazlo. Sigue conversando y deja salir la tristeza. Mírate con amor. Hiciste lo que pudiste. Todos intentamos sobrevivir en el entorno que nos han dado. Poco a poco harás el duelo de lo que no fuiste. Y te harás resiliente. Ahora sabes que el verdadero reconocimiento tiene que venir de ti.

Anota todas las cualidades, habilidades, fortalezas, dones, actitudes que tienes, de forma natural y las que has desarrollado por falta de Reconocimiento. Sácale provecho a ese dolor. Eso es resiliencia.

Conversa esto muchas veces hasta que se grabe en tí.

No hay tiempo perdido. No dejes que el pasado te mate dos veces.

Te mereces reconocerte, saber Quién Eres y empezar a ejercer.

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