La importancia del conocimiento científico como parte de la cultura
‘’Vivimos en una sociedad profundamente dependiente de la ciencia y la tecnología, y en la que nadie sabe nada de estos temas. Ello constituye una fórmula segura para el desastre’’. Carl Sagan.
Estamos en la era de la información. Hoy en día las personas podemos tener acceso a una gran cantidad de conocimiento que puede consultarse desde un dispositivo electrónico en la palma de la mano, a través de diversas plataformas tecnológicas y redes sociales que han democratizado los medios de comunicación. Ahora, toda persona con mínima experiencia y un celular con conexión a internet, es capaz de difundir información, en ciertos casos cierta, fundamentada y confiable, pero en muchos otros falsa, pretenciosa y falaz. En una actualidad donde hay tanta información, resulta fácil adoptar ideas ajenas a la verdad, y no obstante considerarlas como verdades, por el simple motivo de escucharlas repetidamente en los medios, más aún si se carece de un entrenamiento del sentido común y conocimiento fenomenológico de las causas, es fácil caer en la credulidad.
Es por ello, por la importancia de honrar a la verdad, de comprender mejor el mundo en que vivimos, de vivir en armonía y de mancillar la ignorancia y la mentira, que el humano busca con anhelo la veracidad. Y es en este largo camino, de miles de generaciones en las cuales la humanidad ha andado, explorando diferentes formas de conocer, de estudio epistemológico, que recientemente hemos conocido un método más preciso y certero, el científico.
Hablar del conocimiento científico, es tratar con una forma repetible, racional, objetiva y colectivizada de información, cuya obtención se basa en la comprensión de los estímulos que los sentidos que la mayoría de personas percibimos, alejado de sensaciones particulares, subjetivas, irracionales, ilógicas y no percibidas por la humanidad en general. El conocimiento científico es el resultado del esfuerzo del humano por concretar un sistema estandarizado de obtención de información sobre la naturaleza y el universo, que nos ha resultado tan preciso, que podemos enviar robots exploradores a otros planetas vía remota, podemos construir computadoras que realicen cálculos muy sofisticados o incluso podemos predecir fenómenos astronómicos que ocurrirán en cientos y hasta miles de años en el futuro.
Entender que el conocimiento científico es la mejor, aunque no la única, vía que el humano ha construido hasta ahora para interpretar de mejor manera nuestro universo y, desde luego, a nosotros mismos, es imprescindible para poder generar un interés y acercamiento a él, para conocer la historia que lo ha edificado, su filosofía y la forma tan crítica en la que se construye y fundamenta, no siendo un producto terminado jamás, nunca un dogma, sino siempre en continuo proceso de actualización, que amerita corroboraciones o refutaciones que lo van consolidando y que, incluso lejos de la percepción de la mayoría de la población, va cimentando nuestro mundo desde una perspectiva práctica.
Entender la importancia del conocimiento científico como parte de la cultura, es reconocer el genio en la historia del humano, es honrar el esfuerzo de miles de personas que hasta con su vida develaron conocimientos hoy triviales, es no dejarse llevar por conspiraciones ideológicas que lejos de dejar dudas en las personas, enriquecen monetariamente a unas cuantas; es desterrar pensamientos fementidos, acabar con las ideas atroces y conseguir una sociedad moralmente mejorada y en búsqueda de armonía con su entorno, con la naturaleza y con el humano mismo.
*Es maestro en ciencias, biólogo y analista programador. Divulgador de la ciencia y director del Planetario Sayab. Licenciado en derecho burocrático y funcionario público. Un apasionado del conocimiento y de su exploración.
Por: Cristóbal C. Carrión H.*
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