Hacienda de San Antonio

Ubicado en las faldas del Volcán de Colima, en las pintorescas tierras altas de México, se encuentra la cautivadora Hacienda de San Antonio, fundada en el siglo XIX. Es un lugar bendecido con la eterna primavera, con exuberantes y extraordinarios jardines que se despliegan en una inmensa vegetación y su Rancho Jabalí, en donde se produce la mayor parte de los productos que
se sirven en la hacienda. Con solo 25 suites diseñadas individualmente, es un exclusivo destino que ofrece los más altos niveles de servicio personalizado y una amplia variedad de actividades al aire libre que sumergen a los huéspedes en la naturaleza intacta que rodea la propiedad.

Cuidadosamente decoradas por su propietaria Alix Marcaccini y el diseñador de interiores Arman Aubery, las 22 Suites y 3 Grand Suites de la Hacienda de San Antonio combinan la grandeza colonial con el espíritu y la tradición de una Gran Casa Mexicana. Ocupando 3 lados cubiertos de buganvillas de la casa y ofreciendo vistas al jardín, al río y al volcán, todas las suites están ubicadas en 2 pisos alrededor de un patio central lleno de plantas. Decoradas con alfombras de lana hechas a mano de Oaxaca, textiles europeos y piezas de arte de la colección personal de la familia, cada habitación tiene su propio carácter y paleta de colores, y se completan con techos altos, chimeneas de piedra y azulejos. Las suites de la planta baja conducen a una
terraza compartida de piedra volcánica, y las del segundo piso tienen su propio balcón.

Su refinada cocina se basa en lo mejor de las recetas tradicionales mexicanas, con un toque ocasional de influencias internacionales. Además del restaurante principal, ofrecen cenas en encantadores espacios privados de la Hacienda, y bajo petición puede ser acompañado por un pianista o una tradicional Banda de mariachis. Una característica clave de su experiencia gastronómica es el uso de ingredientes orgánicos y de temporada procedentes directamente de sus huertos orgánicos y de la granja de la Hacienda, así como de su propiedad hermana: Cuixmala. Es una tradición diaria para los huéspedes reunirse en el Salón Amarillo con sus vistas al jardín para la hora del té, preparado con cariño por los chefs de la Hacienda. Además de ser el centro social para cócteles nocturnos y conversaciones animadas.

La Biblioteca con sus vigas de madera es un refugio tranquilo, mientras que el Salón Mirador lleno de luz es ideal para leer o ver una película. La llamativa Sala Club con sus columnas de piedra volcánica es el lugar ideal para cenas privadas, reuniones
o eventos especiales.

Para disfrutar por completo de la hacienda y sus alrededores, cuentan con actividades y excursiones como: montas a caballo, bicicleta, senderismo, tenis, servicios de Spa, tour de la hacienda, tour de elaboración de queso y café, picnic en balsa flotante, picnic epazote, picnic en el deck, ordeña de vacas, clases de cocina y coctelería, tours en cuatrimoto, paddle boarding, globo aerostático, paracaidismo y charreada.

Para conocer más de este maravilloso lugar:
haciendadesanantonio.com

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