De pronto
De pronto, un día el mundo se detiene, el teléfono deja de sonar, y no recibes ningún mensaje; te levantas temprano, pero no tienes que ir a ninguna parte; sabes que es hora de desayunar, pero no tienes hambre; estabas tan acostumbrado a andar a las carreras que de pronto, la calma, te hace perder el balance.
Entonces te aferras, por instinto, de cualquier superficie que esté a tu alcance; de la taza de café que sostienes y aun no has sorbido; de la vaga idea de que todo va a estar bien.
De pronto recuerdas algo que habías aprendido: que la vida es un plan perfectamente improvisado, que el plan es hacer de cuenta que todo es parte del plan y que esta parte de tu vida, es solo una pequeña parte.
El café inunda tus papilas gustativas, mientras asientas la taza sobre la superficie del comedor y decides entre unos huevos revueltos con tocino o unos hot cakes con miel de maple para desayunar.
Por: Miguel Ángel García García
@letrasypalabras
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