Vórtices

Me levanto muy temprano, preparo el café. Es un hábito que he venido haciendo inconscientemente desde hace un par de años, tiempo suficiente para convertirlo en uno de mis característicos rituales. Ya sé que millones de personas hacen lo mismo todas las mañanas y que no tiene trascendencia alguna, pero no creo que todos lo hagan escuchando a Silvio Rodríguez o Caetano Veloso.

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Lo creo todo

A veces pienso que la luna me está viendo,

que la lluvia es para mí,

que el insomnio es sólo mío.

La noche se desliza por mi cama

y yo me hago el dormido,

no quiero preguntarle de dónde viene

o con quién estaba,

en el fondo sé que no es mía,

que es compartida.

La luna puede decirme todas las mentiras que quiera,

yo le creo todo.

Por: Miguel Ángel García García @letrasypalabras

Gato de Schrödinger

El comunicado oficial anunció la reanudación de las actividades comerciales; es hora de salir de este bucle infinito y entrar a una realidad alterna; estemos listos o no, aunque el semáforo esté en rojo; pese a que la curva no se haya aplanado; así, sin semántica ni sintaxis.

Estoy haciendo una lista de canciones para cuando tenga que subirme al transporte público o decida tomar un taxi; también estoy escribiendo un mensaje para ti, muy al estilo “Bohemian Rhapsody”, por si me contagio; de pronto uno se siente como el gato de Schrödinger dentro de una caja, vivo y muerto al mismo tiempo, esperando a que la partícula se dispare, sabiendo que también es una onda.

No me agrada la idea de usar la mascarilla de acrílico, y me sudan las manos con los guantes estériles de látex.

Me estoy acostumbrando a usar el cubrebocas, con un cubrebocas se pueden ocultar las sonrisas fingidas, las muecas inconscientes y todos los bostezos del mundo; pero no pienso seguir esa tendencia de usar cubrebocas con diseños, o combinarlo con el color de mi ropa.

Solo quiero un cubrebocas KN95 para regresar a la nueva normalidad, y estar vivo para cuando abran la caja.

Por: Miguel Ángel García García
@letrasypalabras

Pájaro herido

El comunicado en televisión abierta decía que el aislamiento social y la suspensión de actividades económicas, administrativas y comerciales no esenciales, se ampliaría por un periodo de treinta días más; era evidente y hasta predecible, el anuncio no sorprendió absolutamente a nadie, pero a todos nos cayó como un balde de agua helada. En seguida me cuestioné sobre cuáles eran las actividades esenciales y desde el punto de vista de quién.

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