Los molestos mosquitos
Existen más de 3.000 especies diferentes de mosquitos en el mundo entero. Este minúsculo animal, que vive en casi todas las partes del planeta, a excepción de los polos, es uno de los vectores de enfermedades infecciosas más importantes del reino animal. Las más conocidas son el dengue, la fiebre amarilla, la encefalitis y la malaria, que produce gran cantidad de muertes humanas por año.
Pero hay datos interesantes que seguro desconocías sobre este odioso díptero:
La sangre sólo la necesitan los mosquitos hembra. La utilizan para conseguir ciertas proteínas esenciales, que les permitan incubar sus huevos y estos sean fértiles. De esto podemos deducir que los machos no pican. Por este motivo, las hembras han sido dotadas de una probóscide, que es una delgada trompa que utilizan para perforar la piel del mamífero y succionar su sangre, proceso en el que introduce una especie de saliva anticoagulante para facilitar el paso de la sangre y que es la causante de la conocida comezón luego de la picadura del insecto.
También poseen determinados mecanismos
naturales que le ayudan a detectar su posible objetivo a la hora de buscar un mamífero que le aporte la sangre que necesita. En su cabeza y en las antenas, principalmente, se ubican ciertos receptores sensoriales que le permiten dirigirse a los lugares más propicios para succionar la sangre. Se estima que un mosquito puede “oler” la sangre humana de su cena desde una distancia de cincuenta kilómetros.
Algunos de los indicios que sigue el mosquito antes de picar son el calor corporal, la humedad y las emisiones de dióxido de carbono. Todos estos factores, durante una noche de verano, por ejemplo, se reúnen en torno a nuestra cabeza. Sobre todo, las emisiones de dióxido de carbono que exhalamos al respirar. Es por eso que los zancudos, en busca de una buena zona en donde aterrizar para extraer la sangre, suelen dar vueltas alrededor de nuestra cabeza. El molesto zumbido que emiten no es otra cosa que el sonido de sus delgadas alas al batirse rápidamente durante el vuelo.
Pero los humanos no somos los únicos animales victimas de sus picotazos. La lista es bien grande: perros, vacas, caballos, distintas aves, anfibios, etc. Aunque la gran mayoría de especies prefiere a los mamíferos, y en especial al ser humano, dado que nuestra piel es más fina.
Otros datos curiosos:
- No pueden transmitir el vih, ya que éste no puede sobrevivir dentro del mosquito.
- Los zancudos obtienen la mayor parte de la energía que necesitan para volar de azúcares naturales presentes en las plantas, zumos y otros líquidos de origen vegetal.
- La duración de vida depende de muchos factores: la humedad, la temperatura, el sexo del mosquito y la época del año. Los machos suelen vivir tiempos cortos -aproximadamente una semana-, mientras que las hembras sobreviven hasta un mes.
- Resisten y sobreviven al agua de las gotas de lluvia de una potente tormenta, a pesar de que son mucho más grandes que los mosquitos. Las gotas de lluvia caen del cielo a una media de 10 km/h, produciendo un impacto que genera una fuerza equivalente a unas 10.000 veces el peso de un mosquito, fuerza suficiente para matarlo. Sin embargo, sus alas impermeables y la ligereza del insecto atenúa la fuerza de las gotas lo bastante para que su fuerte exoesqueleto aguante el golpe. Para evitar daños tiene dos estrategias: si la gota golpea las patas o las alas, pierde el equilibrio para que el agua se deslice fuera de sus extremidades, que son resistentes al agua, y en una centésima de segundo vuelve a retomar el equilibrio en el vuelo. Si la gota de lluvia golpea directamente su cuerpo, el impacto es mucho mayor y empapa al mosquito con fuerza suficiente como para desplazarlo. Así, el insecto viaja entre 5 y 10 centímetros dentro de la gota de agua y, después, se libera.
- Un mosquito hembra puede poner entre 100 y 300 huevos a la vez y producir entre 1,000 y 3,000 crías en el transcurso de su vida. El agua estancada es la principal fuente de mosquitos debido a que es fácil reproducirse para ellos en esta clase de ambiente, siendo una buena idea alejarse los estanques si quieres eludir a estos molestos insectos.
Para evitar la proliferación de mosquitos transmisores de enfermedades, es importante la eliminación de recipientes que acumulan agua y la limpieza de los entornos. Además mantener jardines y patios desmalezados, destapar los desagües de lluvia de los techos, así como también sacar el agua de los platos y portamacetas, y colectores de desagües de aire acondicionado o lluvia, dentro y fuera de la casa.