Jardín Terapéutico
Contar con un jardín o huerto del tamaño que sea puede convertirse en tu santuario personal generando grandes beneficios terapéuticos para la salud de todos los integrantes de la familia.
Cuando sale el sol las plantas tienen un mágico rocio que, al encontrarse con los primeros rayos, intensifica su brillo. Es como si dijeran: “aquí estamos listas para un nuevo día”. Las diferentes tonalidades de verdes y colores de las flores invitan a todos los sentidos a disfrutar.
Ese instante, en el que apreciamos la belleza que se manifiesta, sucede cuando estamos en el momento presente, ahí no pensamos para nada en las preocupaciones pasadas o futuras, simplemente estamos ahí, siendo ese/a observador/a que puede ver cada detalle, en las formas, texturas, olores, colores, además de los pájaros, mariposas y otros insectos. Todo como una gran trama de vida.
Al regar el jardín estamos manteniendo hidratada la tierra que contiene los nutrientes que absorben las plantas. En algunas tradiciones espirituales se dice que el agua representa el área de las emociones y, si hacemos una analogía con nosotros, podemos preguntarnos ¿cómo manejamos nuestras emociones?, ¿las tomamos en cuenta?, ¿qué clase de emociones generamos?
Al reflexionar sobre todo esto en el jardín terapéutico pueden surgir tomas de consciencia, como el observar que las plantas no compiten entre ellas, colaboran entre sí, haciendo asociaciones internas donde unas dan y otras reciben. Ellas nos hablan de cooperación y amabilidad, quizás sea el momento de aprender de su sabiduría.
¡Cuidemos nuestro jardín interno!
Por: Lupita de la Rosa
MOCE Yax Cuxtal AC
Etiquetas: Edición 97