Arte en pandemia

“La crisis se produce cuando lo viejo no acaba de morir y cuando lo nuevo no acaba de nacer”.

Bertolt Brecht

El poder transformador del arte a nivel social está validado por los relatos históricos que conocemos y, a través de su legado, el arte ha demostrado su contundencia en momentos de crisis, en cada época ha sido motor de cambios relevantes que han aportado a la humanidad opiniones, críticas y salidas a estados de conflictos morales, políticos y de salud como el que actualmente vivimos.

Es el caso de la pintura de Eugéne Delacroix que contribuye a mostrar con imágenes los ideales de la revolución francesa, retratando las revueltas parisinas, en una de sus obras más conocidas e importantes titulada “La libertad guiando al pueblo” en donde, mediante la creación de una alegoría visual sobre la libertad simboliza el conflicto social, obreros, artesanos, campesinos, protagonizaban mediante protestas civiles en contra de los decretos firmados Carlos X, dictando la censura de la libertad de expresión, entre otras reformas.

La relevancia de esta obra es tanto a nivel icónico como a nivel pictórico. Se inaugura una nueva forma de pintar, la tradición de la técnica académica que empleaba, la monocromía para componer la representación, es sustituida por lo que será la denominada pintura tonal. Tanto es así que en la historia de la propia pintura es considerado como un momento transformador decisivo en donde, por medio de la técnica de aplicación de la pintura, se transforma su propio proceso: el tono ahora se localiza en el claro y en el blanco, inaugurando el tono cromático como un nuevo modelo pictórico, la pintura tonal.

El pintor transforma su realidad y ésta cambia, a su vez, en varios niveles. Uno de ellos en la iconicidad dotando a la historia de Francia la imagen por excelencia de aquel momento preciso; en otro nivel al lenguaje de la pintura.

El arte se nutre de la crisis, transformando su realidad.

La pandemia por la que atravesamos ha derivado en cambios de los discursos de los creadores, desde sus trincheras y lenguajes han ido adaptando un camino hacia los canales digitales y las condiciones de aislamiento social.

Entre los retos, ya de por sí comunes entre el gremio de artistas, está el económico, los presupuestos asignados a becas y apoyos institucionales se han visto afectados, el mercado del arte colapsó, las ferias, exposiciones, y los canales tradicionales de circulación de las artes contemporáneas se vieron afectadas.

Ante ello la creatividad, que es siempre un camino inherente al arte, se ha visto forzada a la renovación, la oportunidad de cambio para los artistas se ha visto retada.

Los resultados han sido múltiples, desde los artistas de los mass-media aprovechando las plataformas de distribución digital están generando contenidos realizados desde el confinamiento, conciertos, obras de teatro, presentaciones de danza, etc. Los artistas visuales de generaciones recientes estaban ya adaptados a los ambientes digitales, el art net, la animación, los memes artísticos, la imagen sonora, el bio-art, por mencionar algunos, explorando canales que marcan paradigmas dentro del lenguaje artístico.

Otras generaciones de artistas, nacidos antes de los 70, que no habían migrado del todo al mundo digital, se han visto como aquel sector de la población desigual en acceso a internet, a un teléfono inteligente, invisibilizados y marginados ante la ola de información y cambios de los canales exclusivamente digitales.

El futuro se percibe incierto. A nivel local, los artistas de Quintana Roo, están generando contenidos y espacios de esparcimiento, contemplación, reflexión y crítica que demuestran la importancia y la fuerza del arte.

Por: Mtra. Sandra Serrano Soto

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