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Rusia vendió el territorio de Alaska a Estados Unidos

En 1867 1.5 millones de hectáreas rusas pasaron a manos de Estados Unidos al venderle el Zar Alejandro II el Estado de Alaska por 7,200,000 dólares.

La venta se debió, entre otras cosas, a las dificultades financieras que estaba pasando el imperio ruso, además de temer la pérdida de los territorios de Alaska sin ninguna compensación en algún conflicto futuro, probablemente con sus rivales británicos, que podrían haber capturado con facilidad una región tan difícil de defender.

La opinión pública de ambos países se oponía a la transacción, los rusos consideraban que los esfuerzos empleados en mejorar esa zona se perderían inútilmente y los estadounidenses sentían que no necesitaban esas tierras de climatología tan extrema.

No habían pasado dos décadas de la compra de Alaska por Washington cuando estalló la fiebre del oro. Y a mediados del siglo XX, las petroleras encontraron enormes yacimientos en el norte del Estado, que desde entonces han venido siendo explotados de manera intensiva.

Alaska es hoy una poderosa economía con poco menos de un millón de habitantes y un PIB que llega a los US$44,000 millones anuales. Dicho de otra manera, cada año produce más de 400 veces lo que Rusia obtuvo en total al vender el territorio en el siglo XIX.

Por qué brillan las luciérnagas

Las luciérnagas nos permiten comprender el fenómeno de bioluminiscencia, es decir, la emisión de luz fría por organismos vivos. Es una reacción química que usan las luciérnagas masculinas para atraer a las femeninas y éstas responden también emitiendo luz. Es una técnica de cortejo muy vistosa.

La reacción se da cuando la luciferina, molécula responsable de la emisión de luz, es transformada en oxiluciferina por una enzima llamada luciferasa, la cual consume oxígeno y una molécula de ATP, principal fuente de energía de los seres vivos, para liberar luz a 560 nanómetros (nm). Posteriormente, la oxiluciferina, vía otras reacciones, es reciclada para formar nuevamente luciferina.

Un nuevo estudio publicado en la Science Advances, apunta a que el brillo de las luciérnagas también podría ser una herramienta para evitar ser cazadas por murciélagos depredadores. En este sentido, podría entenderse como una característica que beneficia tanto a los insectos como a sus depredadores. Puesto que estos destellitos de luz servirían de aviso a los murciélagos para indicar que las sustancias químicas que producen el característico brillo resultarían amargas para el paladar de estos mamíferos. Un rasgo que, a su vez, quedaría respaldado por el vómito que sufren los murciélagos una vez ingerida una luciérnaga bioluminiscente.

Tsugaru Iwaki es considerada la montaña más peligrosa del mundo

La montaña Tsugaru Iwaki cuenta con una carretera de peaje ubicada en la ciudad de Hirosaki, Japón. Su fama se ha extendido por las 69 curvas cerradas que se presentan una tras otra a corto plazo y por su fuerte pendiente. Se la considera también la más peligrosa porque su ascensión es de 806 metros (2,644 pies) sobre una pendiente media del 8.66%, con algunos tramos subiendo hasta un 10% de pendiente. Esta carretera finaliza en la 8ª estación en el Monte Iwaki, un estratovolcán, en cuyo punto hay telesilla disponible hasta la novena estación.

La carretera se mantiene totalmente cerrada en los meses de noviembre a abril. Tras su recorrido puede llegarse hasta el pie del Monte Chokai a 1,252 metros. Su construcción inició en abril de 1958 y finalizó en agosto de 1960, fecha en que fue inaugurada. Está situada a una hora en vuelo de Tokio y a 8 horas en vehículo. Y en 1972 se agregó el sistema de transporte telesilla.

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