Sabías que...

Las perlas son exquisitas joyas, pero su origen está ligado al dolor

Cada perla surge de una ostra que ha sido herida por la intrusión de un grano de arena u otra sustancia extraña en su interior. Es un proceso doloroso y natural en el cual la ostra defiende su cuerpo cubriendo al intruso con capas de nácar, una sustancia brillante que protege su delicado interior.

El nácar, compuesto principalmente por aragonito, materia orgánica y agua, es segregado por el manto de la ostra como respuesta a la amenaza del invasor. Este proceso de defensa forma gradualmente la perla, creando capas concéntricas alrededor del intruso.

Las perlas pueden variar en color y forma dependiendo de factores ambientales y la salud de la ostra. Los colores más comunes incluyen rosa, crema, blanco, gris y negro. Además, la forma de la perla está influenciada por la forma del intruso y el lugar donde se asienta. Las perlas esféricas son las más raras y valiosas, ya que su formación requiere que el intruso esté completamente cubierto por el manto de la ostra.

Aunque las perlas son símbolos de belleza y elegancia, es importante recordar que su origen está en el proceso de defensa de la ostra contra invasores externos, lo que añade una capa de significado y profundidad a estas hermosas gemas.

El buque de guerra sueco Vasa es el barco mejor conservado del mundo

El Vasa fue construido por encargo del rey Gustavo II Adolfo de Suecia a principios del siglo XVII, en un intento de fortalecer la flota sueca en medio de los conflictos políticos y militares de la época. Fue diseñado como un buque de guerra imponente, con múltiples cubiertas de cañones y una ornamentación elaborada que mostraba la grandeza del reino.

Sin embargo, nunca tuvo la oportunidad de demostrar su valía en combate. En agosto de 1628, durante su viaje inaugural en el puerto de Estocolmo, el buque zozobró y se hundió a menos de un kilómetro de distancia del muelle. Este trágico evento fue causado por una combinación de diseño defectuoso, mala distribución de la carga y una falta de estabilidad estructural.

Aunque el hundimiento del Vasa fue un desastre para Suecia en ese momento, resultó ser una bendición para los historiadores y arqueólogos siglos más tarde. A pesar de estar sumergido en las aguas del puerto durante más de 300 años, fue redescubierto en la década de 1950 y posteriormente rescatado en 1961 en una operación de salvamento épica.

Lo más notable del rescate del Vasa fue su increíble estado de conservación. Gracias a las frías y oscuras aguas del puerto de Estocolmo, así como a la falta de biodiversidad marina que habría acelerado la descomposición, el buque emergió del fondo marino prácticamente intacto. Sus cascos, cañones, ornamentos tallados y otros detalles arquitectónicos sobrevivieron en sorprendente buen estado, proporcionando a los investigadores una visión única de la vida en el mar durante el siglo XVII.

Hoy en día, el Vasa es una de las principales atracciones turísticas de Estocolmo, donde se exhibe en un museo especialmente construido para albergarlo. Los visitantes pueden admirar de cerca este impresionante barco de guerra, explorar sus cubiertas y aprender sobre la historia de su construcción, hundimiento y rescate.

¿Cómo se provee de oxígeno la Estación Espacial Internacional?

A pesar de las prolongadas misiones espaciales que pueden durar meses o incluso años, la Estación Espacial Internacional (ISS) no enfrenta escasez de oxígeno gracias a un ingenioso sistema diseñado por la NASA. Este sistema, conocido como Oxygen Generation System (OGS), fue enviado en 2007 y ha sido fundamental para garantizar el suministro de oxígeno a los astronautas que habitan la ISS.

El OGS funciona mediante un proceso de electrólisis que convierte el agua residual de la estación, incluyendo la orina, el agua de los lavabos y la condensación, en oxígeno utilizable para la respiración humana. Este proceso químico separa el agua en oxígeno e hidrógeno, liberando el oxígeno en la atmósfera de la estación. A su vez, el hidrógeno se somete a otra reacción química, la reacción de Sabatier, en la que se combina con dióxido de carbono para producir agua y metano. El agua resultante se reintegra al sistema, mientras que el metano se libera al espacio.

Este sistema es capaz de generar entre 2,3 y 9 kg de oxígeno diarios, suficiente para mantener a los seis astronautas que residen permanentemente en la ISS. Gracias al OGS, los astronautas pueden llevar a cabo sus actividades con la tranquilidad de contar con un suministro estable de oxígeno, sin depender de envíos costosos y regulares desde la Tierra.

Etiquetas: Edición 140