Sabías que...

Los rompecabezas eran un pasatiempo reservado para los ricos

Conocido popularmente como puzzle, suele ser utilizado como un divertido pasatiempo, que dependiendo de la cantidad de piezas puede convertirse en un complejo reto. El primer rompecabezas de su tipo fue producto del azar y usado con fines educativos. Por el año de 1762 el cartógrafo inglés “John Spilsbury” dispuso pegar un mapa sobre una tabla y cortar las fronteras con una sierra fina. Las piezas estaban listas y ahora solo bastaba que los alumnos juntasen las piezas. Con el tiempo aparecieron los rompecabezas artísticos para adultos, eran fabricados de madera, cortados a mano, y se acoplaban en estilo empujar/colocar. Este pasatiempo era reservado para los ricos, de hecho, formaba parte de la herencia y tradición familiar, además de ser muy costosos. Con el paso del tiempo comenzaron a crearse con piezas de cartón, siendo más económicos y llegando al alcance de un público más amplio.

Las pirañas crean un sonido muy similar al de un ladrido

Los científicos de la Universidad Lieja, en Bélgica, investigaron la comunicación acústica de la especie “Pygocentrus Nattereri” y los mecanismos que utilizan para crear sonido. Para ello grabaron los sonidos que emitían grupos pequeños de pirañas de vientre rojo dentro de peceras, con lo que descubrieron que esta especie emite tres sonidos de combate. El primero ocurre cuando 2 rivales se encuentran cara a cara y es muy parecido a un ladrido de una especie pequeña. Cuando compiten hacen otro sonido que se caracteriza por ser 2 sonidos bajos intermitentes, producidos por los músculos adheridos a sus vejigas natatorias. El último sonido lo usan para ahuyentar a otros peces de sus presas y lo generan al rechinar sus dientes. El equipo de investigadores descubrió que los peces eran, por lo general, silenciosos; sin embargo, este silencio se rompía en cuanto entraban en una confrontación, produciendo una especie de ladrido.

Reír ayuda mucho a tu memoria

Según un reciente estudio publicado por “Chambers” y “Payne”, cuando algo nos parece gracioso es más fácil recordarlo. Esta investigación se basó en la observación y análisis de dos grupos de personas a las que se les mostraron una serie de dibujos, algunos graciosos y otros no. A uno de los grupos se les solicitó no dormir durante las subsiguientes 12 horas. Los resultados mostraron que los sujetos recordaron mejor los dibujos graciosos, no sólo tras un tiempo corto (15 minutos) sino también tras un período de tiempo más largo (12 horas). Y en el caso de los que durmieron, aún mejor pues el sueño ayudó a la consolidación de la información humorística. La explicación encontrada por los expertos es que el humor genera un mayor arousal (o activación psicofisiológica) causada por los estímulos que inspiran alegría o provocan la risa.

Los pingüinos perdieron la capacidad de volar hace millones de años

Un reciente estudio explica por qué estas aves se convirtieron directamente en máquinas de buceo, dejando a un lado sus destrezas aéreas. Hay que tener en cuenta que los pingüinos tienen más peligro con depredadores en el agua que en tierra, de esta forma, se produjo una fuerte selección para hacer su natación y buceo lo más eficiente posible. Una vez que los pingüinos desistieron de volar, se produjeron cambios en la estructura de su ala, en el tamaño total y en la forma del cuerpo. El pingüino emperador ubica sus colonias a más de 52 kilómetros del mar. El viaje que les lleva varios días andando, se podría reducir a unas pocas horas volando, entonces, la gran pregunta: ¿por qué no lo hacen? Para resolver el misterio, los investigadores se concentraron en aves, especialmente en el Arao (Uria aalge), que lo mismo vuelan que bucean. Tuvieron a su disposición 41 aves silvestres capturadas con equipos especializados para medir el gasto energético aviar. Y develaron que el mayor desgaste energético se produce en el momento del despegue, agregando que la superación a la resistencia del aire es costosa para las aves. Mientras que los araos pueden volar y bucear, parece que existe un umbral en el que una actividad alcanza a la otra en la evolución, por lo que si un ave tiene que volar más, perderá su capacidad para nadar y bucear. Por el contrario, si un pájaro centra la gran mayoría de su tiempo nadando y buceando para cazar y sobrevivir, entonces tiende a perder sus habilidades de vuelo. En el caso específico de los pingüinos, las habilidades desaparecieron por completo con la evolución de las alas en aletas de tipo cetáceo.