Sabías que...

La Turritopsis nutricula es biológicamente inmortal

La única especie inmortal de la Tierra es una medusa transparente llamada Turritopsis nutricula que mide hasta un máximo de 4.5 milímetros. Su figura es alta y acampanada con paredes finas y uniformes. Su gran estómago (cavidad gastrovascular), rojo vivo, tiene forma cruciforme en su corte transversal. Los especímenes jóvenes tienen ocho tentáculos en el borde pero los adultos llegan a tener hasta 80-90 tentáculos.

La mayoría de las medusas generalmente tienen un tiempo de vida relativamente fijo, que varía entre especies de horas a varios meses. La medusa Turritopsis nutricula es la única forma de vida conocida que ha desarrollado la habilidad de volver a un estado de pólipo, por un proceso de transformación específico, que requiere la presencia de ciertos tipos de células (tejidos de la superficie acampanada de la medusa y del sistema de canales circulatorios). Cuidadosos experimentos de laboratorio han revelado que, desde cualquiera de sus etapas (desde que nace hasta que constituye un individuo sexualmente maduro), la medusa puede transformarse de nuevo en pólipo. Esta habilidad para invertir el ciclo de vida (en respuesta a condiciones adversas) es, probablemente, única en el reino animal y permite a la medusa evitar la muerte, volviendo a la Turritopsis nutricula en potencia biológicamente inmortal. A pesar de esta remarcable habilidad, la mayoría de medusas suelen caer víctimas de las amenazas habituales de la vida del plancton, incluyendo ser comidas por otros animales, o sucumbir a una enfermedad.

Los guepardos no son capaces de rugir

Únicamente los felinos de gran tamaño son capaces de hacerlo, debido a una modificación de la forma del hueso hioides. Pero incluso dentro de los grandes felinos hay excepciones, como el puma y el guepardo, que no son capaces de rugir. Emiten un sonido agudo muy parecido al de algunas aves, estos sonidos tan peculiares se denominan gañidos, por lo que el guepardo “gaña”. Esto para hacer posible el encuentro con otros guepardos o con las crías en el caso de una hembra tras la caza.

Por qué los teclados no están en orden alfabético

Máquinas de escribir, computadoras, celulares, tablets... en todos los casos se sigue el clásico modelo de teclado QWERTY. Los primeros teclados fueron los de las máquinas de escribir en el siglo XIX y, efectivamente, sus teclas estaban dispuestas en forma alfabética. Sin embargo, esto hacía difícil la tarea de escribir rápido, ya que en ese momento tenían una barra de metal con la imagen especular de una letra o carácter, que golpeaba el papel a la hora de escribir. Al digitar muy rápido, las barras se enredaban y se generaban manchones en el papel. Fue por esta razón que las teclas fueron colocadas aleatoriamente, formando el conocido teclado QWERTY, hoy estandarizado. Aunque el orden de las letras fue hecho con mucho tiempo de estudio y pruebas por su inventor, Sholes, con este teclado diseñado para el idioma inglés se permite que una mano vaya a la posición deseada mientras la otra apreta una tecla. Desde mediados del siglo XX se han propuesto varias disposiciones alternativas de las teclas, una vez superado el problema de las varillas que se atascaban. El más popular es el teclado Dvorak, creado en 1936 por el psicólogo y profesor norteamericano August Dvorak. Tras analizar cómo trabajaban los mecanógrafos, creó un teclado que agrupa en el centro las teclas más usadas. Eso reduce el movimiento de los dedos y permite escribir más rápido, aseguran. Otro sistema de teclado alternativo se llama Colemak, que sin ir tan lejos como el método Dvorak sólo cambia 17 teclas respecto al QWERTY, también para colocar en el centro las más usadas. Ha habido más propuestas de teclados como AZERTY (especial para el francés) o Maltron, que coloca las teclas de forma curvada para adaptarse a la mano. Pero ninguna ha triunfado, porque no está demostrado que permitan escribir más rápido. De modo que seguimos usando el teclado QWERTY, creado en el siglo XIX por un fallo técnico.