Sabías que...
El pez luna de 200 kg tiene un cerebro de 4 gramos
Sí, es un pez muy raro y curioso. Este extraño animal puede alcanzar los 3 metros y llega a pesar unos 200 kg con un cerebro del tamaño de una nuez, con un peso de 4 gramos. Es por eso que frecuentemente puede confundir una bolsa de nylon, arrojada al mar accidentalmente con una medusa, comerla y morir atragantado.
A pesar de ser un animal muy grande su boca es pequeña y por esa razón se nutre de pequeños crustáceos, medusas y plancton. Se cree que viven más de 10 años. Su áspera y coriácea piel (de hasta 1.5 cm de espesor) hospeda a más parásitos dérmicos que cualquier otra criatura marina. Eso hace que vague lentamente por los mares sin reaccionar, ni siquiera huir, al momento de ser atacado. Los ictiólogos aducen esta falta de reacción al hecho de que es un animal de 200 kg.
Como se dejan llevar por las corrientes de agua cálida y hay tan pocos especímenes, el encuentro entre machos y hembras es realmente raro. Por eso cuando se produce no hay que desaprovecharlo y la hembra pone 900.000 huevos de medio milímetro de ancho. Esto representa una particularidad zoológica ya que el alevino, al nacer, es 60 millones de veces más pequeño que su madre. Esta es una cifra asombrosa sobre todo si se tiene en cuenta que el ser humano es apenas 20 veces más pequeño que sus progenitores.
¿El cerebro y el corazón mueren al mismo tiempo?
Científicos de la Universidad de Michigan asistieron asombrados a la observación de que cuando el corazón deja de latir, el cerebro agonizante exhibe actividades características del estado consciente.
Un estudio en ratas de laboratorio muestra que poco después de la muerte clínica, que ocurre cuando el corazón deja de latir y la sangre de fluir al cerebro, los patrones de actividad cerebral continúan en funcionamiento.
Esta investigación, llevada a cabo en animales, es la primera que enfoca qué ocurre en el estado neurofisiológico del cerebro agonizante y ayudará a comprender en el futuro qué ocurre con los humanos, y qué sucede con el cerebro cuando una persona está muriendo.
Cada persona en este mundo tiene un olor completamente único y distinto.
Los sentidos no siempre son de fiar. Ya Sócrates se había dado cuenta de ello en la Antigua Grecia. Pero son tan sorprendentes como cualquier otra parte de nuestro cuerpo, por ejemplo, ¿sabías que nuestra nariz puede recordar hasta 50.000 aromas diferentes? Todos tenemos un aroma único, cada uno de nosotros posee el suyo e instintivamente aprende a reconocer el de otras personas, pero esto no ocurre con los gemelos, quienes huelen exactamente igual.
Algunos estudios han demostrado que además, las mujeres tienen un aroma más agradable que el de los hombres y que cerca de un 2% de personas en el mundo no tienen o han perdido el sentido del olfato.