Sabías que...

¿Por qué los planetas son redondos?

Los planetas del Sistema Solar tienen grandes diferencias entre sí, pero guardan en común su forma redonda. Según los científicos, en primer lugar, hay que tener en cuenta que un planeta se forma cuando se agrupa gran cantidad de material que se encontraba disperso por el espacio. Se considera que se ha formado algo similar a un planeta en el momento en que se ha agrupado el suficiente material como para tener una buena gravedad. Es la gravedad aquella que permite que el material se mantenga unido.

En segundo lugar, cuando un planeta ya se ha formado y es bastante grande, este comienza a limpiar su camino alrededor de la estrella. Es la gravedad a su vez la que le permite utilizar trozos de la materia espacial. Es muy importante tener en cuenta que la gravedad tira del centro hacia los bordes y, en consecuencia, esto hace que la forma general de un planeta sea una esfera.

Como dato curioso, es necesario saber que no todos los planetas son igual de redondos. Por ejemplo, Mercurio y Venus son los más redondos de todos. De ellos se podría decir que prácticamente son esferas perfectas.

En el caso contrario, Saturno y Júpiter son los “menos redondos” en tanto que son un poco más gruesos en el medio. Lo que ocurre es que al girar se abultan a lo largo de su ecuador.

La Tierra y Marte, son más pequeños que Saturno o Júpiter y no giran tan rápido como los gigantes gaseosos (Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno). La Tierra es 0,3% más grueso en el oriente, y Marte es 0,6% más grueso en el centro, de tal forma que no son perfectas esferas, pero son más redondos que Saturno y Júpiter.

Más cerca de ser esferas perfectas se encuentran Urano y Neptuno. El primero es 2,3% más grueso en el medio, y el segundo, un 1,7%. En consecuencia, no son perfectos como Mercurio y Venus, pero sí están cerca de serlo.

El búho puede girar la cabeza 270 grados sin estrangularse.

La manera en que esta ave mueve su cabeza hasta el punto de casi voltearla por completo sin llegar a estrangularse siempre ha sido un misterio. Si nosotros giráramos la cabeza de esa manera, se cortaría el suministro de sangre hacia el cerebro. El búho tiene una estructura ósea muy inteligente y un sistema vascular que va desde el cuello al cráneo. Estas características protegen a sus vasos sanguíneos de posibles daños y mantienen el flujo de sangre incluso cuando la cabeza gira hasta casi dar una vuelta completa.

Los seres humanos, al igual que otros muchos animales, pueden mover sus ojos y su cuello, pudiendo así explorar su entorno sin problemas. Los búhos carecen de movilidad ocular, lo que los lleva a tener que ejercer una torsión mucho mayor en sus cuellos que otros animales.

Estas aves tienen copias de seguridad de las arterias, que ofrecen un nuevo suministro de nutrientes cuando los vasos sanguíneos se cierran por el giro rápido. Sus arterias también se hinchan para recoger cualquier exceso de sangre creado en el proceso.

Esta flexibilidad les permite localizar a sus presas en la oscuridad de la noche, y estar alertas ante cualquier posible depredador.

Si vives 80 años…

Ochenta años de esperanza de vida supone vivir alrededor de 30,000 días, lo que equivale a 1,000 meses.

Tu corazón latirá 2,800 millones de veces (75 veces por minuto, 4,500 veces por hora, 108,000 veces al día)

Pasarás una media 3.5 años comiendo sin levantarte de la mesa. Si te alimentas equilibradamente, devorarás unos 7,300 huevos y 160 kg de chocolate.

Andarás una media 22,000 kilómetros. Casi darás la vuelta al mundo.

Parpadearás 415,000 millones de veces.

Perderás 19 kg de piel por rascarte.

Expulsarás 40,000 litros de orina.

Desalojarás unos 4,400 kg

Tus ojos soltarán 80 litros de lágrimas. La mayor parte de tus lágrimas serán segregadas única y exclusivamente para mantener húmedos los ojos (al día, se producen una cantidad de lágrimas suficiente para llenar 3 dedales de costura).

Trabajarás casi 3,000 días, es decir, 8 años. El 10 % de tu vida.

Hablarás un total de 12 años con unas 2,000 personas diferentes.

Todos vamos a morir algún día, a no ser que la ciencia médica logre dar con la clave de la vida eterna, pero disponemos de unos 30,000 días. ¡Aprovéchalos!

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