Leer y escribir Un complejo proceso para nuestros niñ@s y que los adultos solemos tomarlo como algo simple
“En la escuela le enseñan el sonido de las letras, nosotros en casa le enseñamos con los nombres, porque así aprendí yo, pero le cuesta mucho entender y poder leer”, comenta la Mamá de Elisa.
“Practicamos todos los días, conoce las letras, lee sílabas, pero cuando debe leer la palabra entera ¡no puede! Y las oraciones cortas son imposibles de leer y comprender para él”, asegura el papá de Jay.
“Todos los días leemos un cuento en la noche y dice que le duele la cabeza, o no ve bien. Siempre encuentra una excusa para no leer, de hecho cada vez que le menciono la palabra lectura su cara se transforma”, cuenta la mamá de Finn.
La lectoescritura es un proceso muy complejo. No es simplemente conocer el nombre y/o sonido de la letra. Tampoco es decir la letra A de … Mucho menos es repetir incansablemente sílabas y relacionarlas siempre con las mismas palabras.
No es un proceso mecánico de recordar, repetir y decir. Es un proceso complejo, con significación, necesita saber relacionar, asociación, inferir. Debe practicarse de manera diaria para asimilarse correctamente, de una manera más natural, y con gusto.
Requiere de habilidades previas de atención, memoria, percepción, motricidad, coordinación óculo-manual.
Cuando un niñ@ no aprende a leer o escribir, o su proceso es más lento, o sus dificultades son amplias, no significa que debemos reforzar esto en días de más repetición o mayor cantidad de actividades de refuerzo. Mucho menos hacerlo escribir renglones infinitos de letras y dibujos.
Significa que es un llamado de atención importante. El no aprender la lectoescritura es el resultado de algo más complejo, entonces el foco lo debemos poner en qué pasa con estas habilidades previas que mencionamos.
Muchas veces estas habilidades no están adquiridas. En el caso de Elisa presenta un desorden importante de tiempo y espacio. Requerimiento totalmente previo a poder conocer una letra e incluso plasmarla en papel. En el caso de Jay el desorden espacial, la falta de habilidades motrices y su poco entrenamiento ojo-mano hace que el proceso de lectoescritura sea muy complejo. Y, en el caso de Finn, su falta de atención tan grande y su constante movimiento corporal no permite focalizar como se debe.
Entonces ¿por dónde empezar?
Siempre hay que recordar que cualquier desafío escolar debe ir acompañado de mucha trabajo a través del juego, el cuerpo en movimiento, el control motor, el manejo del espacio y el tiempo, a través del propio cuerpo y luego en función del otro, y finalmente entran en acción los objetivos, es decir, muy al final aparece el lápiz y el papel.
A veces creemos que por su edad los niños ya están preparados, sí o sí para este proceso. Pero en verdad tiene que ver con una cuestión de madurez por parte del niñ@ y de cuánto trabajo se hizo y se dedicó previamente a desarrollar estas habilidades mencionadas, por parte del maestro.
Los juegos de mesa para trabajar habilidades de atención, memoria y percepción son fundamentales. El cuerpo en acción, el uso de materiales sensoriales son excelentes compañeros para una verdadera asimilación.
Jugar juegos de seguimiento de instrucciones de tiempo y espacio son necesarios para entender todo lo relacionado a la sucesión y continuidad. Juegos de asociación y relación son la base previa para luego dar entendimiento real a nuestro proceso de lectoescritura.
A veces los maestros y padres corremos contra el tiempo para que la lectoescritura se logre en tiempo y, en el mejor de los casos, ¡lo logramos! Pero no se llega en forma. ¿Qué quiero decir con esto? ¡L@s niñ@s que leen pero no comprenden! Entonces sorteamos la dificultad, llegan a primero de primaria leyendo, pero no nos dimos cuenta que el problema que se viene es mayor.
¡El niñ@ lo logró! Pero ahora no puede entender. No puede leer un cuento, no puede responder preguntas, no entiende la indicación escrita de la actividad.
Y cuando los padres acuden a nosotros les decimos que debemos empezar por la base, volver a caminar los pasos andados pero ahora de otra forma. Esto resulta frustrante para niños y padres cuando su pequeño responde que eso ya lo sabe, que ya lo vio en la escuela. El resultado de todo esto es muy negativo porque ya generan rechazo y enojo con el proceso.
Mi consejo es tomarnos el tiempo necesario para trabajar en las habilidades previas, asegurarnos que la comprensión sea buena, y la asimilación apropiada así obtendremos resultados favorables para l@s niñ@s.
Si logramos esto, tendremos niñ@s felizmente lectoescritos.
Dedicado a todos los niños y niñas de Kinder, que son unos súper campeones en aprender a leer y escribir.
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Por: Natalia A. Alioto
Lic. en Educación Especial
Etiquetas: Edición 119