Día mundial del Síndrome de Down

El día 21 de marzo es la fecha en que se conmemora y se habla en particular de las personas que nacen con la condición / discapacidad de Síndrome de Down.

Hoy la tendencia actual fomenta que ese día todas las personas llevemos puestas calcetas de diferente color, marcando la diferencia como algo que existe, que es visible y positivo el hecho de que todas las personas seamos diferentes.

Si bien no todas las condiciones se pueden ver expresadas en lo físico o inclusive en algún elemento como un audífono, silla de ruedas, etc., esta condición en particular sí, por sus rasgos y fisonomía. Y es por ello que la idea de las calcetas tiene su significación en hacer observable esa distinción y que se hable de ello, se pregunte y se exprese y salga a la luz la diferencia, como algo positivo y valioso.

Esta fecha es un día que, si bien se habla de este síndrome remarcando que no es una enfermedad, se da a conocer el por qué se produce, características, habilidades y posibilidades. También las dificultades a las cuales se enfrentan no sólo por su condición de vida sino por la falta de educación, empatía, y conocimiento de la población ante esta y otras discapacidades. Y a un alto grado de desvalorización, discriminación y subestimación.

Pero también es una fecha en donde se hace énfasis en la diversidad. En el año hay muchas conmemoraciones específicas para distintas condiciones/ discapacidades. Siempre poniendo el punto más fuerte en aceptar las diferencias como algo bueno y enriquecedor, donde todas las personas somos igual de importantes y valiosas. Todos con habilidades y todos con dificultades por sortear.

En estas fechas me gusta resaltar la riqueza de un mundo amplio, en el que todos podemos convivir y aprender del otro.

En el caso de mis alumnos fomentamos esto con programas de inclusión escolar, que si bien se basan en planes de apoyo para niños que presentan alguna condición, los llevamos a un punto más enriquecedor en donde se trabaja con los adultos para que comprendan que todos los niños tienen distintos modos de aprender, y lo que beneficia a uno quizás no sea tan óptimo para el otro.

Tenemos que tener un amplio abanico de ideas y enseñanzas para que todos podamos tener la posibilidad de aprender y desarrollarnos. Respetando las necesidades de cada quien, sus tiempos y sus habilidades, que son el punto de partida para cualquier enseñanza.

Esta fecha tiene también una importancia particular, justamente en la particularidad que tienen las personas con Síndrome de Down. Un amor puro y sin juicios, una entrega sin esperar nada a cambio, un amor inmenso sin guardar nada para mañana, una honestidad sin miedo a decir pero sin intención de herir, que deberíamos aplicar todos los seres humanos.

Auténticos, graciosos sin inhibición ni vergüenza al qué dirán, puros, elocuentes, amorosos.

Esta fecha, en particular, me recuerda lo afortunada que soy de conocer a cada uno de ellos. Me permite agradecer todo el aprendizaje que han traído y siguen trayendo a mi vida. Me permite confiar en que gracias a ellos un mundo más humano, amoroso y solidario es posible.

Entender que si bien yo les enseño a hablar, escribir, a sumar, a armar rompecabezas... ellos me enseñan conceptos más valiosos relacionados con lo emocional, la simpleza de la vida, los valores, el disfrutar ampliamente y con una sonrisa cada momento, y que cada esfuerzo, cada lucha vale la pena.

Los caminos que a veces nos toca recorrer son complejos y complicados, pero cada paso dado vale la pena y tiene un valor inmensurable. Cada paso voy acompañada de alguien que puede apoyarme y sostenerme y hasta inclusive diferente a mí, en su actuar, pensar, hacer, y eso me hace tener distintas visiones y enriquecer mis opciones.

Las diferencias nos hacen únicos y especiales. Y todos tenemos un granito muy valioso por aportar a este mundo.

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Por: Natalia A. Alioto
Lic. en Educación Especial

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