Los alcances de la tecnología en la educación
Mucho se habla de la educación, que es el mayor baluarte del humano, que transforma vidas, que consolida la paz, que erradica la pobreza, que impulsa el desarrollo sostenible y muchas otras cosas más, sin embargo, lo que es un hecho es que sin ella, ni tú lector, ni yo escritor podríamos estar comunicándonos a través de estas palabras. Así pues, la educación es, esencialmente, un refinamiento de la comunicación.
En el mundo, todas las criaturas vivas se comunican, ya sea a través de sustancias químicas como las bacterias o las plantas, ya sea por sonidos como lo hacen algunos animales, o por expresiones físicas que resultan estímulos visuales en otros. La comunicación siempre está presente, y es que si nos ponemos a reflexionar sobre su importancia, resulta indispensable el continuo intercambio de señales que un individuo debe tener con su entorno natural y con otros individuos, esos estímulos nos dan aviso de la presencia de alimento o del peligro de muerte, por decir lo menos. A lo largo del tiempo, conforme los organismos vivos se diversificaron, se formaron especies distintas, algunas más complejas que sobrevivirían en gran parte debido a su adaptación a un mejor sistema de reconocimiento ambiental, es decir, de comunicación. Así, tenemos una gran variedad de especies vivas que gozan de un muy estructurado y complejo sistema de comunicación como las aves o los mamíferos.
En el caso del humano, su historia evolutiva le hizo adaptar un sistema que a lo largo del tiempo y las necesidades se ha refinado a tal grado de generar una gran gama de formas de comunicación, desde imágenes, sonidos, gestos, etc., que en conjunto con el avance tecnológico, esta gama se ha enriquecido y en muchos casos especializado. Sin embargo, todo este esplendor de expresiones de comunicación no podría darse en ninguna circunstancia si no fuese por un factor que no ha quedado claramente mencionado, que es propiamente, la educación.
Cualquier expresión generada y comprendida, no podría tener ni un valor en ningún sentido, si no fuera por la transmisión de ese conocimiento adquirido. De esta forma, el valor de la educación se basa en el hecho de transmitir el conocimiento adquirido a otro individuo, acción que frecuentemente se observa del adulto experimentado a infantes novicios.
Educar al humano, es generar sociedad, historia, sentar precedentes y vislumbrar el futuro, educar es darle continuidad a nuestra marcha, a nuestro progreso. Pero educar no resulta una tarea fácil, pues requiere enseñar los avances en el conocimiento no sólo a las nuevas generaciones, sino a la población en general, que muchas veces ha crecido ajeno a estas experiencias. Por ese motivo, el Consejo Quintanarroense de Ciencia y Tecnología, a través de sus Complejos científicos, tecnológicos y culturales, popularmente conocidos como Planetarios, ha emprendido la tarea de acercar el conocimiento y las experiencias tecnológicas de última frontera a su población a través de las actividades que en ellos se realizan, y ahora con la apertura de un nuevo espacio: la Sala de Realidad Virtual.
Este es un nuevo espacio de expresión, moderno y con las herramientas que pueden facilitar el aprendizaje de nuevos temas, pero sobre todo la creatividad y el ingenio de jóvenes y niños que continúen construyendo este baluarte humano de conocimiento y educación.
¡Acércate al Planetario Sayab y forma parte de la última frontera!