Piel bonita
La importancia de cuidar nuestra piel de la exposición solar es un proceso largo que inicia con la limpieza facial. La acumulación de células muertas que oscurecen el tono y obstruyen los poros -más la exposición al sol y a la contaminación- bloquea el paso de los productos que utilizamos. Si invertiste en un producto de alta gama, permítele que entre a tu piel con estos 10 puntos claves para una rutina efectiva:
1. Limpieza: utiliza un jabón adecuado para tu tipo de piel, puede ser en barra, de espuma o líquido. Los movimientos de aplicación deben de ser circulares y ascendentes.
2. Exfoliación: también depende de cada dermis. Las que son grasas toleran más exfoliaciones que las secas o sensibles. No abuses de este paso ya que lo último que queremos es que la piel sufra irritación.
3. Tónico: muchas personas creen que no es necesario, pero su principal función es una de las más importantes en una rutina facial: balancear el pH. Este es un paso clave pues después de una limpieza puede existir un desbalance. Un pH desbalanceado genera que tu piel esté desprotegida ante las bacterias, lo que dará como resultado acné. Además, el tónico hidrata y prepara el rostro para una mejor absorción de productos más pesados como los sueros y las cremas faciales.
4. Sueros: lo importante es buscar uno con ingredientes lo más puros posibles. Algo que tienes que tomar en cuenta es que existen compuestos que no se deben de mezclar, ya que pueden generar reacciones adversas, por eso se recomienda revisar tu rutina del cuidado de la piel con un profesional.
5. Cremas o emulsiones faciales: las cremas son más espesas y tienen menor cantidad de líquido en su fórmula por lo que son ideales para pieles maduras o secas. Las emulsiones son fórmulas más livianas para pieles que no necesitan una hidratación profunda.
6. Complementos específicos: el contorno de ojos es indispensable a partir de los 25 años, edad en la que los signos del envejecimiento comienzan a aparecer. Siempre es mejor prevenir que lamentar.
7. Protector solar: llegamos a lo más importante. Existen muchos en el mercado y para saber cuál es el adecuado para ti tienes que revisar tu tipo de fototipo, es decir la capacidad de adaptación al sol (los rayos UVA y UB) que tiene cada persona desde que nace, la clasificación oscila entre I y VI según la escala de Fitzpatrick. Teniendo esto en cuenta puedes saber cada cuántas horas es necesario que vuelvas a aplicar tu protector solar. Se recomienda como mínimo FPS 50 y utilizarlo cada 3 horas. Algo que muchas personas desconocen es que incluso la luz de las pantallas y celulares emite rayos dañinos, así que aunque estemos en interior es importante aplicarlo.
Existen otras tres recomendaciones que dejo a tu consideracion, pero que a mí me encanta agregar:
8. Aguas termales: al proceder de fuentes naturales contienen una serie de minerales que tienen múltiples propiedades. Me encantan porque son calmantes, hidratantes y antienvejecimiento, además alivian rojeces e irritaciones, entre muchos otros beneficios.
9. “Mist hidratantes”: son productos ligeros que se pueden aplicar a lo largo del día para refrescar la piel, evitar que se deshidrate o se oxide por el ambiente y la contaminación; como un plus, también dan luminosidad a la piel.
10. Mascarillas: existen muchos tipos en el mercado con distintas maneras de aplicarse, tienen beneficios incontables y son personalizables a tu tipo de piel, lo que las hace muy versátiles.
En conclusión, cada piel es única y sus necesidades se van modificando según nuestros hábitos, salud y el medio ambiente, por lo que tu rutina irá cambiando también. Existirán temporadas donde necesites mayor hidratación que en otras, pero algo que nunca debe de faltar en tu rutina es tu protector soltar, sin él nuestra piel está desprotegida y esto tiene repercusiones no sólo externas sino también a nivel celular como es el cáncer de piel. Recuerda: la limpieza y el protector solar son la base de una piel sana y bonita.
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